http://www.euskomedia.org/aunamendi/104038/107110
El presidente del Gobierno, el conservador Eduardo Dato, declaró la neutralidad española en el conflicto. Esa imparcialidad libró a las tropas españolas de la contienda mundial, aunque sí hubo voluntarios catalanes y vascos alistados en la legión francesa extranjera, pero no pasaron de los 2.000 hombres.
Por su parte, las empresas vascas ejercieron de suministradoras en sustitución de las importaciones de los países implicados en la contienda. Éstos necesitaban alimentos, armas, uniformes, metal y carbón apara afrontar la lucha. Se abrieron los mercados de los países beligerantes. El papel abastecedor de los vascos desencadenó un enorme crecimiento de la economía, porque además, su condición de país neutral les permite vender a precios de guerra
Las primeras beneficiadas de las intensas relaciones mercantiles fueron las compañías navieras debido a la creciente demanda de transportes para el comercio internacional así como a la exportación de mineral de hierro. Grandes y pequeñas firmas florecían en torno a la Gran Guerra y su boom naviero.
Las ganancias del sector naviero durante estos años de guerra repercutirán también en el nacionalismo vasco. Son varios los historiadores que enmarcan en esta época de bonanza económica el despegue político del nacionalismo en Euskadi.