De “La isla mínima” a “Senderos de gloria”

pedroEl enclave especial que ocupa el centro cultural de Aiete hacía notar, en la tarde de ayer, viernes, la afluencia masiva de gente, a la presentación del noveno ciclo de literatura y cine, que corría a cargo del doctor Pedro Berriochoa.

En efecto, aunque no se pueda decir que fueran los aledaños de Anoeta, el día de partido, la sensación de acontecimiento importante era lo que trasmitía la llegada de tanta gente al lugar de cita. Era un bellísimo atardecer de otoño en los jardines del palacio de Aiete. El sol amarillo en contraste con el espacio verde rojizo, anticipaban una velada especial.

Nunca sabremos cuánta gente asistiría al acto, si el acontecimiento hubiera tenido lugar en el centro de la ciudad y no en uno de sus barrios altos -escarpados para los que no quieren desplazarse demasiado- y si hubiera tenido el eco mediático que tienen otros actos, culturales o no.

Así que esa fue la primera sorpresa para los no habituales: Cómo pueden reventarse las costuras del salón de actos de la casa de cultura de Aiete, con un aforo de 150 personas, que van a escuchar una conferencia de Pedro Berriochoa, que va a hablar de la gran guerra, en un ciclo de cultura.

La solución, en pocas palabras, se llama calidad, honestidad, conciencia, generosidad, pundonor, compostura, modestia.

Cada uno de estos adjetivos tiene detrás su particular desarrollo que, como las novelas del ciclo, se deja al lector desarrollar, crear.

Pero quizás, la clave de este respaldo, vamos a llamar, con cierta licencia, popular, está en la propia organización de este activo y participativo ciclo cultural que, no se olvide, está nucleado en torno a tertulias -lectura, debate, participación- sobre novelas canónicas.

En efecto, son ya nueve los años de andadura, por varios de los rincones de Ayete, pero cada ciclo ofrece sorpresas, cada vez más sugestivas, pegadas al interés de la gente. La primera guerra mundial es un galimatías que acabó con “el mundo de ayer” y, junto a la segunda, abrieron un nuevo mundo, pero destruyeron Europa. Queremos meternos en sus entrañas para saber por qué. Nos importa esta guerra de la que se cumplen cien años. Y nos importa a un sector de personas ávidas de una cultura libre, no industrial, ni oficial, en Donostia, que se desplaza a la punta de Aiete, en un marco, ese también, incomparable.

El tipo de personas asistentes -de alguna forma, comprometidas, la mayoría mujeres- despejan la incógnita del poder de convocatoria de estos actos, que atienden a la cultura de creación autónoma, es decir propia, amada.

Pero también convoca a la gente la expectativa de un nuevo ciclo que Lola Arrieta, promotora y artífice de estas actividades de literatura y cine de Aiete, ha tenido el gran acierto de ver, aprovechando el primer centenario para que aquella gran locura protagonice este tramo trimestral.

Lola se encargó de presentar el ciclo y la conferencia en los dos idiomas de la ciudad.

Y Pedro Berriochoa, también en euskera y castellano, lo bordó.

Si por bordar se entiende cómo coger la aguja o el bisturí del analista sencillo, pero intenso, y con diversas clases de hilo -libros leídos, fuentes consultadas- ir desenredando, desentrañando, deconstruyendo, desde la anécdota, al acontecimiento, desde la foto , el mapa o el esquema gráfico, a las entrañas políticas, sociales, económicas, militares, geográficas, con un nivel de conocimiento historiográfico de altísimos quilates, como tuvieron oportunidad de valorar los casi una decena de historiadores que estaban entre el público.

La Guerra, iba desgranando Pedro, puso fin a un largo periodo de paz sostenida en Europa, a una época en la que se hablaba confiadamente de prosperidad, de progreso y de esperanza. Y sin embargo, en 1914 el continente se lanzó de cabeza; y en este punto Pedro estuvo divino, es cuando nos explicó la multitud de azares, contingencias, imprevistos, accidentes, albures y chiripas que provocaron este conflicto catastrófico, que desangró las economías nacionales, derrumbó imperios y puso fin para siempre a la hegemonía mundial europea.

Pedro Berriochoa, además, sabe que su conferencia es la presentación de un ciclo de literatura y cine. Explica que uno de los detonantes de la guerra es el asesinato del archiduque Francisco Fernando, ocurrido en Sarajevo el 28 de junio de 1914, a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip -proyectó su foto de muchacho enclenque-, miembro del grupo serbio «Joven Bosnia», ligado al grupo nacionalista Mano Negra, que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia… y aprovecha para remitirnos a la película que veremos el viernes, De Mayerling a Sarajevo”. El conferenciante, como el film, nos desvelan la compleja red de alianzas, cambios políticos y tecnológicos, decisiones diplomáticas y, sobre todo, personalidades y debilidades humanas que llevaron a Europa al desastre.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) no sólo es un episodio bélico terrible y cruento. Es también un acontecimiento que trastocó los mapas de Europa y de Oriente Medio, que tumbó a imperios centenarios, que cambió las formas de la política y de la economía, y que abrió heridas que sangrarán durante dos decenios. Fue, en muchos sentidos, una guerra civil europea que da comienzo al siglo XX, con sus reformas, sus vanguardias, sus barbaridades y sus decepciones”.

Nos planteó la duda ¿Dos guerras mundiales o un guerra de 30 años? Y las consecuencias que depara humillar al vencido.

Y cuando nos habló del desastre humano de la guerra, que mató a 9 millones de personas, (en el coloquio se comentaron las víctimas de las guerras, gravadas en los mausoleos en los pequeños pueblos de Iparralde, y cómo la gran mayoría son de la guerra del 14), aludió a las durísimas condiciones de las trincheras, aunque no mencionó las ratas porque entre el público estaba Izaskun, su compañera (por cierto había también numerosos estudiantes de historia), para opinar sobre la catástrofe, nos remitió a Senderos de Gloria de Stanley Kubrick, y para explicar cómo entran los EE UU en la guerra, se apoyó en Uno de los nuestros de Willa Cather.

El coloquio fue aprovechado por Pedro para presentar, cómo influyó en Euskadi, la Primera Guerra Mundial, el desarrollo de las fuerzas productivas vascas al calor del conflicto -industria naval y armera luego reconvertida-, para profundizar en la madurez del conflicto social y de las fuerzas sindicales, así como de la crisis del nacionalismo y la escisión del PNV

La charla está gravada, merece la pena ser trascrita para que se pueda publicar. Nos perderemos, eso sí, las fotos de una Mata Hari (Margaretha Geertruida Zelle) desnuda, como la Maja, que estuvo en el Hotel Londres en 1917, o la de Zita de Borbón-Parma, también de turista en nuestra ciudad, durante la época de la guerra, en un hotel que estaba donde ahora se asienta la iglesia de los Capuchimos.

Por su parte, Lola Arrieta y Fernando Mikelajauregi, informaron -se distribuyó el pograma- que irán pasando por el centro cultural Huguenau o el realismo, de Hermann Broch; la nombrada De Mayerling a Sarajevo, de Max Ophüls; el Viaje al fin de la noche, Louis-Ferdinand Céline; Senderos de Gloria de Stanley Kubrick, con Kirk Douglas; Uno de los nuestros de Willa Cather; Remordimiento, de Ernst Lubitsch. Canónicas novelas, excelentes films.

2 comentarios en “De “La isla mínima” a “Senderos de gloria””

    1. Está en esta página que acabas de leer y en la pestaña titulada PROGRAMACION OCTUBRE, NOVIEMBRE, DICIEMBRE 2014. Se trata de «Huguenau o el realismo» de Hermann Broch
      La cita es el jueves 9 en la casa de cultura de Aiete
      A lo largo de la semana la web editará más información, análisis, comentarios, etc, en euskera y castellano

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