“Eliminar árboles es un problema muy sensible ya que afecta al estado emocional de las personas” Juan Mari Odriozola
La elevada edad media del arbolado de las avenidas más antiguas de Donostia obliga al Consistorio a aplicar un plan de riesgos que, en ocasiones, conlleva retirar ejemplares muy queridos en el entorno.
El Ayuntamiento de Donostia repone cada año cerca de un millar árboles, cuyo coste total puede alcanzar los 100.000 euros. Los nuevos ejemplares se destinan tanto a las nuevas zonas urbanas como a los lugares en los que se retira el viejo arbolado, aquejado de distintos problemas, en muchas ocasiones derivados de prácticas de poda llevadas a cabo hace décadas, que dejan sentir sus efectos en la actualidad. Los nuevos árboles destinados a Donostia se compran en viveros de alta calidad de Italia, Girona, Kanbo (Iparralde), Bizkaia y La Rioja.
En la actualidad, el Consistorio tiene inventariados 33.000 ejemplares de distintas especies en las calles y plazas, sin contar los de las zonas naturales del término municipal, cuyo mantenimiento es diferente. Los árboles callejeros son objeto de revisión periódica con el fin de minimizar al máximo el riesgo de caída de ramas y, para ello, técnicos del Ayuntamiento y empresas adjudicatarias de su mantenimiento visitan las distintas zonas por iniciativa propia o a consecuencia de llamadas de ciudadanos o de quejas que llegan al departamento tanto por el registro como por medio de la página web.
Desde hace un tiempo, además, el Ayuntamiento elabora un plan de gestión del riesgo derivado del arbolado con el fin de que no se produzcan accidentes como los provocados por las caídas de ramas acaecidas en Madrid, con consecuencias trágicas para las personas. Donostia también sufrió en 2008 el fallecimiento de un motorista tras caerle un olmo siberiano derribado por el temporal de viento en el paseo de Zorroaga, una desgracia que obliga a extremar las precauciones.
El plan de gestión incluye definir el riesgo en cada zona, analizarlo mediante inspecciones visuales e instrumentales de manera sistemática, definir prioridades, redactar el plan y ejecutarlo, según explica el ingeniero agrícola Juan Mari Odriozola, uno de los especialistas del departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Donostia, que se ocupa de analizar el estado de los ejemplares de la ciudad.
Para evitar accidentes, tanto graves como menores, y aunque ello suele acarrear protestas ciudadanas, el plan de riesgos aconseja en ocasiones eliminar drásticamente los ejemplares, como ha sucedido recientemente en Bera Bera, donde se ha apeado un grupo de chopos que han sido ya sustituidos. “Eliminar árboles es un problema muy sensible ya que afecta al estado emocional de las personas”, reconoce Odriozola.
El mayor riesgo de caída de ramas se asocia generalmente al arbolado maduro “de especies problemáticas y con un historial de podas desafortunadas, además de otras afecciones por obras, accidentes…”, según explica. Asimismo, recuerda que la aparición de la motosierra provocó que numerosos ejemplares no fuesen recortados de acuerdo a las directrices de la naturaleza, lo que tiene efectos a largo plazo, que se notan en la actualidad.
En ocasiones, el serrado drástico de ramas deja heridas en la madera por las que pueden entrar hongos y debilitar la salud de estos individuos vegetales, entre otros problemas.
Caída de ramas
La retirada de árboles de Bera Bera, pues, no será la única y el Consistorio tiene previsto eliminar otros grupos arbóreos en la avenida de José Elosegi, en el parque de Serafín Baroja y en el paseo de Bizkaia, por ejemplo. Los de Serafín Baroja -cinco ejemplares de Acer pseudoplatanus acacia y castaño de indias- han estado siendo retirados esta semana y serán sustituidos por otros. En el caso de José Elosegi, se trata de unos cinco ejemplares de olmo siberiano, con elevado riesgo de caída de ramas, que no dejan tranquilos a los técnicos municipales y que serán eliminados próximamente. Los del paseo de Bizkaia serán objeto de un trabajo diferenciado.
La edad media de los arboles de las avenidas y paseos de Donostia ronda los 50 años y sus expectativas son siempre peores en zonas urbanas que en los parques y zonas verdes libres. Los plátanos situados frente a la estación del Norte, en el paseo de Francia, son de los más antiguos, ya que coincidieron con la llegada del tren a la ciudad en 1864, según los datos que posee el departamento de Parques y Jardines.
En la actualidad, se cambian unos 100 tamarindos al año, que no son propiamente árboles sino arbustos, y se colocan muchos tilos. Los plátanos, tan frecuentes en épocas pasadas, son árboles de mucho desarrollo que se colocaron hace décadas en Donostia y que alcanzan grandes portes, pero actualmente están siendo sustituidos por otros que dan mejores resultados, como los citados tilos y los arces, castaños de indias y diferentes diferentes tipos de robles. Los olmos, también muy frecuentes en el pasado, ahora escasean ya que muchos de ellos fueron atacados por una enfermedad.
Sobre un reportaje de Carolina Alonso. Domingo, 16 de Noviembre de 2014