El miércoles, 10 de diciembre, la Fundación César Manrique (FCM) estrena el cortometraje “Maestro de obra. Luis Morales: las otras manos de Manrique”.
Se trata de un documental, dirigido por Miguel G. Morales (Tenerife, 1978).
Miguel estuvo con nosotros, ahora hace justo dos años, presentando el estreno en el País Vasco de su documental ‘Aldecoa, la huida al paraíso’.
De “Maestro de obra” nuestro entrañable directo afirma “es una digna continuación de TARO. El eco de Manrique. Se procura ahora construir un diálogo imaginario en la actualidad entre Luis Morales y César Manrique. También quisimos que fuera una película más humana, más cercana a los trabajadores”.
“Luis Morales es un autodidacta que luchó por adquirir los conocimientos necesarios para llevar a cabo su trabajo, supo inventarse y dirigir los sueños en forma de obras que se le encomendaban, siempre sin miedo. Desde la primera intervención pública de Manrique en Arrecife hasta la construcción de su tumba, Luis fue siempre el hombre que estuvo allí», indicó.
‘Maestro de obra’ tiene una duración de 30 minutos y se concibe como un homenaje a la persona que supo traducir y materializar las ideas de Manrique. En palabras del maestro de obras: “yo al principio no veía… y después ya vi”, refiriéndose a un proceso de aprendizaje y apertura a la percepción del paisaje insular surgido de la relación de trabajo con César Manrique, que añadió siempre a su liderazgo creativo una importante vertiente pedagógica en relación con la comprensión de los valores físicos y estéticos propios de Lanzarote.
En Aiete, el autor canario, nos confesaba que en su trabajo siempre ha intervenido de forma destacada el azar. “Cuando realicé mi primer documental, ‘Aislados’, Juan Cruz, con el que he colaborado en muchos trabajos, me envió una copia de ‘Cuaderno de Godo’, un libro de viajes sobre Canarias que escribió Aldecoa y que se publicó de una forma muy restringida». Y «quien trajo a Aldecoa por primera vez a Canarias fue Domingo Pérez Minik, un intelectual canario de esa generación, sobre el que yo también hice un documental, ‘Una luz en la isla’. Así que todo está conectado».
En aquella ocasión, con la sala repleta de gente, al finalizar el documental sobre Aldecoa, todos nos quedamos pegados a la silla, por la intensidad del trabajo de este amable y exquisito director.
Con el estreno de este nuevo documental, Morales, continúa una trayectoria imparable, que en Aiete tuvimos el acierto y la suerte de jalonar, y desde aquí le deseamos toda suerte de éxito y sinceras ganas de volver a verle pronto en Donostia.