Cuando en abril de 1917, los Estados Unidos declaran la guerra a Alemania la contienda iniciada en 1914, en la que tomaban parte las grandes potencias mundiales y casi todos los estados europeos, se había cobrado ya varios millones de muertos. Desatendiendo la advertencia de George Washington de que los EE UU no debían involucrarse en los problemas europeos, el presidente W Wilson irrumpe en el sangriento escenario, con una intervención que iba a resultar decisiva para el resultado final de la guerra.
El impacto emocional de esta guerra en USA había sido enorme. Era la primera vez que un conflicto bélico se mundualizaba, la primera vez también en que la más moderna tecnología se aplicaba a las armas utilizadas, era el todo vale de los potentes cañones, el gas o los torpedos que no distinguían entre la población civil y la militar.
Willa Cather (1873-1947), escritora americana a la que dedicamos la próxima tertulia, vivió intensamente aquella gran locura y sufrió muy de cerca sus consecuencias. Uno de sus primos, G. P. Carther, participó como voluntario en el ejército estadounidense y murió en la contienda en Francia. A raíz de éste hecho, Willa viajó a Francia y se documentó extensamente sobre la contienda en el frente occidental. El resultado será One of Ours, (Uno de los nuestros), novela publicada en 1922 que en 1923 recibiría el prestigioso Premio Pulitzer.
El protagonista, el joven Claude Wheeler, es uno de los miles de jóvenes americanos, que dejan su tierra, para venir a luchar como voluntarios a Europa, con el ejército americano. ¿Qué les empuja a venir a luchar a esa Europa, de la que apenas son capaces de distinguir sus distintas naciones en el mapa? ¿Por qué ponen en riesgo sus vidas con esa decisión?
Esa es, sin duda, una de las cuestiones que el relato de Cather nos plantea en esta espléndida novela que transcurre en sus dos terceras partes en Nebraska, la América profunda y agraria que la autora tan bien conoce, y otra tercera parte en el escenario bélico de la Gran Guerra.
Uno de los nuestros vio la luz tras, entre otros trabajos, Pioneros (1913), El Canto de la Alondra (1915) y Mi Antonia (1918), considerada por algunos como su mejor novela. Después vendrían Una dama extraviada (1923) y La casa del profesor (1925)…formando todos ellos parte de una extensa labor literaria que, además de la novela, abarcó el cuento, el ensayo y la actividad periodística.
Uno de los nuestros fue recibida con diferentes opiniones pues, a pesar del Pulitzer, parte de la crítica del momento, manifestaba la dificultad de situar a la autora dentro de las tendencias modernistas imperantes, mientras otros la consideraban la quintaesencia del modernismo. Con el paso de los años, la figura de Willa Cather, lejos de difuminarse ha ido tomando fuerza y, a día de hoy, la escritora esta considerada como una de las grandes de la literatura norteamericana del siglo XX.