La indigestión de la plaza de Munto

muntoEstamos en el último tercio del mes de abril y la urbanización de la futura plaza de Munto, tiene que estar a punto de empezar.

La dotación presupuestaria es de 120.000 €.

En esta ocasión queremos recordar el daño que hace a la credibilidad de estos proyectos, frutos de la iniciativa ciudadana, la demora permanente en su ejecución.

Queremos preguntar a la ciudadanía donostiarra qué piensa, sobre una idea y un proyecto, que surge, tras la abrupta demolición del emblemático caserío Munto, 12 de febrero de 2013, en forma de concurso de ideas, convocado por Lantxabe, el 17 de mayo de ese año, y que finaliza el 31 de julio. La conclusión del concurso de ideas y sus proyectos resultantes, se ponen en conocimiento del gobierno municipal ese verano de 2013, pero la autoridad municipal lo mantiene en el cajón hasta el 22 de abril del pasado año. Ese día, por la mañana, se cita a Lantxabe, autora de la idea, y se hace por puro protocolo, ya que la asamblea ciudadana estaba convocada para esa misma tarde. El gobierno municipal no había tenido tiempo, en casi diez meses, de convocar a la asociación de vecinos, para estudiar conjuntamente los diferentes proyectos, que la propia Lantxabe había gestionado.

Es un ejemplo de falta de respeto a la participación ciudadana, un ejemplo gráfico de cómo esas dos palabras mezcladas han perdido valor para la autoridad municipal. Para la actual, para las anteriores y para las que van a ser elegidas, el próximo 24 de mayo, porque, al menos en Donostia, ninguna alternativa aparece en el panorama, más bien estamos resignados al conservadurismo secular.

Este escepticismo hace que los procesos de participación se vayan empequeñeciendo y manipulando.

A nosotros nos gustan más palabras y conceptos como compromiso ciudadano , deber voluntario, acuerdo y pacto entre agentes y personas, responsabilidad, crecerse ante las dificultades, solucionar problemas, hacer frente al riesgo, salir de los aprietos, corresponsabilidad, formalidad, solvencia, competencia, capacidad, responsabilidad, formalidad, profesionalidad, trabajo en equipo.

Por eso queremos preguntar a la ciudadanía donostiarra qué piensa sobre la negligencia, a la hora de implementar la plaza de Munto que parece que todos, gobierno y vecindad, ardemos en deseos, de verla iniciada y terminada. Ni tan siquiera la proximidad del 24 de mayo, ha empujado a que los gestores municipales despierten de su apatía.

¿Esmero procedimental de los técnicos? ¿Cuidado exquisito en el proyecto? ¿Celo, o exceso de celo, profesional?

El proyecto definitivo se aprueba el pasado 13 de Mayo, ¡Hace casi un año! Es posible que se pueda demorar el inicio de la ejecución un año entero.

¿A quién exigimos responsabilidad por este abandono?

Alguien debería contestar.

Aquellas personas que consumen los presupuestos, del gobierno o de la oposición, ediles todos ellos elegidos, y con dedicación a tiempo completo o parcial, deberían interesarse por estos comportamientos desidiosos, que tanto daño hacen y que llevan a cero la credibilidad de esta forma de hacer política.

La sociedad civil en su conjunto, asociaciones, medios de comunicación, deberíamos ser más exigentes, y luchar, para que el deterioro que produce la dejadez en las funciones públicas, de responsables políticos y técnicos, no termine instalándose definitivamente entre nosotros.

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