Ascensor 379.826,98
Pozo de ventilación de emergencia 158.174,00
Cañón de acceso paseo de Aiete 948.306,52
Equipamiento de estación 1.075.050,27
Urbanización 135.480,00
Total 2.696.837,77 €
Total ampliación Metro Donostialdea sin IVA, etc, 119.498.021,02 €
Total Estación Aiete 2.696.837,77 €
Porcentaje de incremento respecto al total del gasto 2,25 %
Miles de personas salieron ayer de fiesta en las capitales de Euskal Herria para dar un nuevo impulso al derecho a decidir.
El cemento visible no puede ocultar la capacidad de convocatoria de Gure Esku Dago, aunque pudo reflejar su excesiva ambición. A día de hoy, el Gu de Gure Esku Dago no ha superado los 150.000 vascos de la cadena humana de 2014. Lean el sociómetro vasco de la semana pasada: el independentismo ha retrocedido a niveles de 2009, y los anti superan a los pro.
Así que, fuerte base social, sí, aunque no la suficiente para empujar a una clase política que ha arrinconado el soberanismo. En las pasadas elecciones solo EH BIldu fue con el cartel del derecho a decidir. El PNV le dedicó un día, no sé si intencionadamente en Llodio, donde Ibarretxe será para muchos un mito, pero han sido los moderados Urkullu y Ortuzar los que han llevado el PNV a cotas de poder históricas . No parece que la presión de ayer vaya a sacarles del camino del centro y la moderación.
Todo es según el ángulo de la fotografía y el entusiasmo en la narrativa. El mismo acto puede ser un fracaso descomunal o un éxito sin precedentes en función del titular y la imagen que lo acompaña. Entre las impías calvas de las gradas y una panorámica abigarrada de cabezas y telas al viento debe de estar lo más parecido a la verdad. Otra cosa es que interese contarla. O, qué caray, que se sea capaz de verla, porque al final, los ojos son un apéndice del corazón, que cada vez tolera peor las frustraciones. Créanme que en muchos de los grandes engaños no hay intención de darla con queso sino incompetencia para percibir la realidad. Llámenlo ceguera del alma y quizá lo disculpen.
Y ya, apeándome del lirismo, ¿con qué lectura sobre lo que ocurrió el domingo en cinco capitales de Euskal Herria hemos de quedarnos? Tienen para escoger la versión de la épica multitudinaria que avanza un mañana inminente plagado de urnas en las que decidir lo que seremos o la interpretación pinchaglobos que reduce la movilización al clásico de los cuatro y el tambor. Claro que si prefieren salirse de lo maniqueo, lo binario y lo trillado, pueden huir de la disyuntiva entre el triunfo y el fiasco, y plantearse si las mareas de color salmón han cubierto su objetivo.
Ahí, de nuevo, les cabe la opción de hacerse trampas o no. Piensen si se trataba de abrir un camino imparable para cambiar el estado actual de las cosas o si, siguiendo la estela de lo que ya se vivió el año pasado, el fin era fijar en el calendario una nueva tradición festivo-reivindicativa para soltar adrenalina patriótica y que siga sin pasar nada de nada.
Te guste o no, Julius, Gure esku dago fue un reflejo claro de la voluntad de un barrio, Aiete, y un pueblo, Euskal Herria, cada cual puede colocar el foco donde quiera, pero sin lugar a dudas, hemos conseguido, de nuevo, reunir a mucha gente del barrio, de diferentes sensibilidades, entorno al derecho a decidir. Por cierto Lantxabe no ha dicho ni esta boca es mía
M., podía subirme a la ola voluntarista que sostiene con la mejor de las intenciones que las decenas de miles de personas que vimos en calles y -algo menos- estadios son asimilables a la mayoría de la sociedad vasca. Y que Aiete engrosó, modestamente, esa olas -esa sí que sí- de energía ciudadanas.
Creo que te dejas llevar más por el entusiasmo que por los hechos, y eso también lo hacen políticos de diferentes partidos, porque es el discurso que toca. No pueden o no saben hacer otra cosa.
En todo caso, no creo que nadie pueda decir que el acto en Donostia alcanzó la magnitud suficiente para marcar un antes y un después. Lo cierto es que la temperatura social no está para echar coetes (Ahí tenéis lo del Bosque de Miramón ¡Quién le tira de las orejas a Goialuze!).
¿Se está en disposición de tejer las complicidades necesarias para alcanzar el punto de ebullición?.