Los viajeros de Lantxabe estuvieron en Regensburg -Ratisbona- cruzaron el puente de piedra -en obras- sobre el Danubio y visitaron esta ciudad de encanto.
La guía, entre otros bellos o interesantes lugares, nos llevó al lugar de nacimiento de Juan de Austria, hijo de Bárbara Blomberg y de Carlos V.
Claudio Magris dedicó a esta historia una página de su libro El Danubio (El relato, recomendado por la organizadora del ciclo de Literatura y Cien, origen del viaje, es una poética e histórica lectura de las ciudades que cruza el europeo río)
¡Que bueno sería que éste fuera el libro de cabecera de las actuales tecnócratas que gobiernan, con frívolo e interesado pulso, la Comunidad Europea!
Goethe, en Alemania, o al menos en Baviera, está en todas partes. Los alemanes, o al menos los bávaros, le adoran. O eso les decían las guías a los que iban en el viaje organizado por Lantxabe.
Goethe, que residió por algún tiempo en Ratisbona, dijo que el paraje es tan maravilloso que tenía sin duda que servir de emplazamiento a una ciudad. Y tenía razón: allí, el joven e impetuoso Danubio recibe las aguas del Regen, -así, casualidad, se llamaba el primer hotel en el que nos asamos en Munich-. Los celtas habían encontrado acogedor el paraje, bautizando su poblado con el nombre de Radaspona.
Del Imperio Romano, y de la voluntad de Marco Aurelio, subsisten las rotundas trazas de la Porta Praetoria y de la muralla que franqueaba, y en el Museo Histórico hay algunas piezas que hablan de aquellos tiempos oscuros, como el tesoro de monedas y torques que algún soldado romano enterró, acaso ante el agobiante sitio de los bárbaros. Del esplendor medieval hay también muchos testimonios: es muy notable el Ostentor, puerta torre de la antigua fortaleza. Pues murallas y torres defendieron la ciudad que sucesivamente fue sede de los Agilulfos (duques de Baviera), de los reyes carolingios y de la Dieta Imperial, y que creció a lo largo del tiempo con hermosos edificios eclesiásticos -la catedral gótica de San Pedro, con su preciosa capilla románica del claustro; el monasterio de San Emmeram, hoy palacio Thurn und Taxis; la iglesia de San Ulrico; la de los carmelitas; la Alte Kapelle…- y viviendas civiles, con altas torres como la Torre Dorada, o la de la familia Baumburger, o la que se alza en Wahlenstrasse, algunas con pinturas en la fachada como los enormes David y Goliat que decoran la de Goliathhaus -que vimos por nuestra cuenta-. De la importancia histórica de la ciudad quedan también testimonios patentes, y el Viejo Ayuntamiento conserva el salón de recepciones de sus tiempos de ciudad libre imperial, y la estancia en que se reunían los príncipes electores de la Dieta que nos han seguido, junto a las guías por todo este maravillosos y romántico viaje.
Pero junto a esta memoria institucional están los recuerdos de otras historias personales significativas: el Goldene Kreuz, en Haidplatz -la plaza triangular escenario de torneos medievales-, donde, como decís, el emperador Carlos V amó a Bárbara Blomberg y la hizo madre de Juan de Austria; la leyenda de la isla del Danubio en que estuvo detenido, por incidentes derivados del servicio imperial, el poeta Garcilaso de la Vega; la casa en que vivió el pintor Albrecht Altdörfer, de cuyos frescos para los Baños del Administrador Arzobispal queda una imagen de fuerte contenido erótico; la casa en que murió el astrónomo Johannes Kepler, -que pudimos ver desde fuera- mientras reclamaba, al parecer sin éxito, ciertos salarios atrasados que le debía el emperador, o la residencia en que estuvo Napoleón.
Del propósito de permanencia de la ciudad puede ser prueba firme la Historische Wurstküche, una pequeña taberna-salchichería erigida junto al Danubio hace más de 500 años. Pese a sufrir las periódicas inundaciones de las copiosas aguas, la casita -y su terraza- siguen siendo punto de reunión y solaz para los regenburgueses y las gentes de Lantxabe. La vetusta taberna se alza muy cerca de un edificio emblemático de la ciudad, la Estación de la Sal, y del Steinerne Brücke, el Puente de Piedra, uno de los puentes románicos más antiguos y bellos de Alemania, con un hombrecillo tallado que señala también aquí la vieja leyenda de la ayuda del diablo constructor y su frustración cuando un perro, un gallo y una gallina, primeros seres vivos que atravesaron el puente recién construido, le dejaron sin el alma humana que esperaba; como contó la guía.
Ratisbona tiene buenas cervecerías, cafés, museos interesantes, itinerarios para estupendos paseos callejeros o ribereños, y un Danubio navegable en el buen tiempo que facilita visitas a hermosos o pintorescos lugares, como el protonazi Walhalla que erigió a orillas del río aquel rey delirante que se llamó Luis I. Y todo a esa medida accesible y confortable -la ciudad tiene 140.000 habitantes- que permite al visitante abarcarla entera y con gusto y disfrutar de su imagen próspera de lugar pujante, lleno de vitalidad después de tantos siglos. Una estampa europea que invitaría a una mirada optimista si el gobierno alemán estuviera a la altura de su pueblo.
En el denso e intenso viaje a Baviera algunos viajeros pudimos ver a gente
, supuestamente jubilada por el aspecto físico, en la caja de un supermercado en Nuremberg, barrenderos en Heildelberg y alguna otra lindeza. Me gusta mucho la historia pero la realidad me interesa aun más.Muchos de los edificios de viviendas de clase baja están como los nuestros o peores.La supuesta riqueza de Alemania algún día ,cuando sus exportaciones bajen,aún más ,veremos como esta nación es como el resto de nuestro entorno: Banca , empresas fuertes como grupos de presión y una clase política fuertemente derechizada y sin escrúpulos.Todo lo anterior acompañado de un BCE dirigido por la banca privada de Europa que lo que hace es prestar a intereses bajisimos a sus amigos banqueros nacionales para que estos a su vez presten el dineros a interes mas elevados a los gobiernos de España, Portugal, Italia, Crecía …Buen negocio, vive dios, si no fuera en perjuicio de la clase media y baja. Historia si ,pero realidad también.
A propósito de Regensburg, a no confundir el río Regen, ( «lluvia» en alemán) con el Hotel Regent de Múnich, sobre todo si vamos a decir que no a una supuesta cuenta del mini-bar.
“Nuremberg brilla en toda Alemana como un sol entre la luna y las estrellas” Martín Lutero. Tierra de Albero Durero. “Central eléctrica” de la Revolución industrial alemana.
Los nazis vieron en ella un perfecto escenario para sus actividades de proselitismo por ser símbolo nacional debido a su pasado imperial y lugar donde durante cinco siglos se celebraron las “dietas imperiales” (Reichstage) del Sacro Imperio Románo Germánico.
Allí se celebraron los los Reichsparteitag, los congresos del partido nacionalsocialista y dónde se comenzó el hostigamiento a los judíos.
El 2 de enero de 1945 los bombarderos alemanes redujeron a escombros la ciudad
La sobrerepresentación de Nuremberg culmina cuando fue elgida como sede del tribual de crímenes de guerra nazis.
Más tarde, tuvo lugar una minuciosa reconstrucción de casi todos los edificios de la ciudad (se usaron las piedras originales).
Esta sinopsis aplicada a Nuremberg, la hemos oido en cada una de las ciudades visitadas: Munich, Augsburg, Rothemburgo, Wurzburg, Heidelberg, Ulm, entre otras.
De este intenso viaje, en todos los sentidos -como escribe Richard- hemos podido aprender y comprender varias cosas, cada viajero las suyas:
Las que resalta Richard, que son las condiciones de vida de algunos pensionistas, de los trabajadores emigrantes -nos hemos encontrado en los hoteles y restaurantes a muchos jóvenes españoles con salarios como los de aquí- y hemos visitado barrios de viviendas de clase baja que están como los nuestros o peores, tal como recuerda Richard.
Hemos visto las consecuencias del terror nazi sobre sus propio pueblo, unas bellas ciudades destruidas a consecuencia de la resistencia fanática de los nazis, aunque la guerra estuviera perdida y acabada, como bien reflejan películas como “El Hundimiento”. Esta descripción ha sido una constante en cada ciudad.
Hemos visto el ejercicio directo del terror en el campo de concentración y extermino de Dachau y su exposición en los museos de Munich y de Nuremberg. El sentido del viaje era conocer, lo poco que se podía, pero con toda nuestra atención, la parte de Alemania que visitamos, una ampliación de Baviera, la tierra de Brech, Durero, Eisntein, Wagner, Mozart…
La reconstrucción de estas ciudades es asombrosa, mantiene la belleza de sus puentes, de sus edificios más simbólicos, de sus catedrales y castillos, siempre sobre la ayuda de los países que ganaron la guerra, pero también sobre del esfuerzo del pueblo alemán en cada ciudad. Un pueblo que nos ha parecido, a algunos al menos, con una fuerte personalidad y gran tesón. Lástima de gobiernos liberaloides.
Un total de 761.000 jubilados alemanes, 120.000 de ellos mayores de 75 años, trabajan en un minijob por necesidad o para mantenerse activos, con un incremento del 60 % desde el año 2000, según datos recabados en 2011.
Los minijob se han hecho atractivos para los pensionistas desde su regulación en 2003 ya que permiten tener ingresos suplementarios por un trabajo mínimo de hasta 400 euros al mes que no son gravados fiscalmente ni deben cotizar en las cajas sociales. Sin embargo, el diario subraya que aumenta también la cifra de pensionistas mayores de 65 años que no se conforman con un mini-empleo de hasta 400 euros al mes.
Según datos de la Agencia Federal de Empleo (BA) a finales de 2012 había en Alemania 154.000 personas en edad de jubilación que contaban con un empleo de plena cotización, cifra que se ha duplicado desde 1999. La citada agencia subraya que la mayoría de ellos, unos 80.000 cuenta incluso con un puesto de trabajo de horario completo y destaca que la estadística no incluye a los trabajadores autónomos en edad de jubilación.
Ulrike Mascher, presidenta del organismo social VdK, asegura que la mayoría de los 120.000 mayores de 75 años que practica un minijob «no son precisamente profesores universitarios que quieren trabajar mas tiempo». «Se trata mas bien de jubilados que reparten periódicos, llenan las estanterías de supermercados y practican otros oficios poco atractivos para mejorar sus pensiones», señala la experta, para quien aumenta el número de personas a quienes no les alcanza su pensión para vivir.
Los Reichsparteitag (los congresos del partido nazionalsocialista) y el llamado Campo Zeppelin son unas imponentes construcciones de estilo helenístico pero aplicando una escala enorme
A partir de 1933, el terreno situado justo al lado del estadio deportivo fue usado durante los congresos como zona de concentración y de demostraciones militares. Tanto en 1933 como en 1934, se usaron gradas de madera para acoger a los espectadores, hasta que en 1935 comenzaron las obras del recinto que todavía se conserva hoy en su mayor parte. Este constaba de una gran tribuna principal para personalidades con un estrado central para Hitler y de tres tramos más de gradas bajas formando un cuadrado junto con la tribuna. La tribuna principal estaba coronada por una gran esvástica de piedra en lo alto. -en nuestras retinas la voladura, al final de la guerra, de aquella gigantesca águila bicéfala-
Las gradas para espectadores presentaban, cada cierto tramo, una especie de torre (hasta un total de 34) que albergaba aseos. El interior del recinto, un campo de 312 x 285 metros, podía albergar hasta 200.000 personas durante las grandes concentraciones del RAD o la Wehrmacht que solían realizarse allí.
Desde este espectacular escenario, coronado inicialmente por una inmensa svástica, Adolf Hitler ofrecía a los miembros del Partido sus arengas y discursos para endurecer el sanguinario espíritu nazi y el antisemitismo. El arquitecto nazi Speer rodeó el área con 150 proyectores antiaéreos. Esto creaba un efecto de “catedral de luz”. Leni Riefenstahl rodó en este lugar la película propagandística nazi ”El Triunfo de la Voluntad” estrenada en 1935, algunos de sus impresionantes fotogramas hemos visto aunque no, quizás, lo suficiente.
Hoy esos edificios albergas al Centro de Documentación sobre la Historia de los Congresos del Partido Nazi, conocido como Dokuzentrum. Visitamos la exposición permanente sobre los orígenes del antisemitismo en Alemania, la fundación del partido nazi, el ascenso de Hitler al poder, los crímenes contra los judíos, las persecuciones a grupos críticos al nazismo como los comunistas, los socialdemócratas, los intelectuales democráticos. Allí se documenta el desarrollo del holocausto en Europa.
Los bloques de granito para la construcción de este faccioso espacio, fueron trabajados por los prisioneros y transportados desde el Campo de concentración de Flossenbürg hasta Núremberg
La gente que entre los de Lantxabe, vieran ayer la serie de “Carlos” encontraron cómo la guapa cantante Bárbara Blomberg seducía a Carlos V.
Las escenas se situaban quinientos años antes de que nosotros estuviéramos en la casa de la madre de Juan de Austria en Regensburg -Ratisbona ¡Qué bellos recuerdos tenenos de ese viaje!