La modernidad ha arrinconado las fiestas populares, sobre todo las fiestas en los barrios, con algunas excepciones, como la de los Porrontxos que han sabido enganchar con un amplio sector de la población, especialmente de la juventud.
Las fiestas de los Porrontxos tienen ese aire gamberro, dicho sea con envidia, que no nos proponemos conseguir, sería un error
A la citada modernidad se apunta mucha gente que vive en Aiete y que tienen su propio concepto de las relaciones sociales que, desde luego, no pasa por las fiestas, ni por reunirse en armonía una vez al año. Viven su vida y, cabe añadir, como debe ser
Otros aitearras recuerdan con nostalgia las fiestas de los años 60 y 70. Hablan de que se celebraban en el antiguo caserío Santa Teresa y alrededores, frente al Colegio Mayor Aiete, y había otros centros festivos, Munto era uno, Katxola en su tiempo, y otros baserri-sidrería. Los festejos podías incluir luchas de carneros, carrera de cintas, tiro al plato…Y todas las etxekoandres (sobre todo todas) recuerdan al grupo musical los Hermanos Semper.
Las fiestas de hoy son las necesarias y posibles. La suma de esfuerzos de grupos voluntariosos del barrio que quieren traer música, festejos, deportes populares, actos sociales, tradiciones de interés, que unen el recuerdo de un barrio rural, con otro más evolucionado, y convertido en uno de los más urbanos de la ciudad, aunque las autoridades municipales le den la espalda. (No ha sido el caso de hoy que han venido en nuestra compañía a la inauguración del Bolatoki Manuel Matxain).
Con el nuevo inicio de las fiestas, entonando el Festara! en las escalinatas del palacio de Aiete, estos festejos empiezan a ser cada vez más los propios del barrio, los de todo el barrio. Estas actuaciones tradicionales, que se repiten año a año, seguro también se recordarán
Los abuelos del barrio no podían imaginarse que la puerta del palacio fuera el escenario del Festara!, con canciones como el “beti eskama kentzen” y otras del repertorio tradicional vasco y euskaldun; repertorio que todos los años renuevan nuestros amigos del Otxote Ozenki, y que su relevo fuera una txaranga de jóvenes maduros para llenar de humor todo los jardines del palacio, y del barrio, hasta Munto y la plaza Otxanda, o que, debajo del palacio, se construyera un centro cultural, lugar dónde ayer se estrenó el grupo “Katxola Soinua” ¡Que nombre más sugestivo, para los asociados en torno a Lantxabe!
Hace una año empezábamos así la fiesta, algunos de los interlocutores son los mismos, otros no, pero el inicio, ayer, de las Aiteko Jaiak, ha sido una buena imagen, un excelente presagio.