“El estanque dorado” en los jardines de Aiete

estanque…………………..

Algo sordo, profundo,

trabaja bajo la tierra

almacenando sueños.

La energía se ovilla,

la cinta

de las fecundaciones

enrolla

sus anillos.

Modesto es el otoño

como los leñadores.

Cuesta mucho

sacar todas las hojas

de todos los árboles

de todos los países.

La primavera

las cosió volando

y ahora

hay que dejarlas

caer como si fueran

pájaros amarillos.

No es fácil.

……………

Hay que saber

callar en todos

los idiomas

y en todas partes,

siempre

dejar caer,

caer,

dejar caer,

caer,

las hojas.

Difícil

es

ser otoño,

fácil ser primavera.

………………………

Por eso,

otoño,

camarada alfarero,

constructor de planetas,

electricista,

preservador de trigo,

te doy mi mano de hombre

a hombre

y te pido me invites

a salir a caballo,

a trabajar contigo.

…………………….

Otoño, buen jinete,

galopemos,

antes que nos ataje

el negro invierno.

Es duro

nuestro largo trabajo.

Vamos

a preparar la tierra

y a enseñarla

a ser madre,

a guardar las semillas

que en su vientre

van a dormir cuidadas

por dos jinetes rojos

que corren por el mundo:

el aprendiz de otoño

y el otoño.

Así de las raíces

oscuras y escondidas

podrán salir bailando

la fragancia

y el velo verde de la primavera.

Oda al otoño, de Pablo Neruda

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