Hoy la casualidad se llama Martín-Santos

msEl 18 de febrero de 2009 en Katxola se homenajeaba al novelista donostiarra Luis Martín Santos y a su ‘Tiempo de Silencio’

Fue la tertulia más concurrida y animada de cuantas habíamos celebrado en el caserío, era el primer año de tertulias en Katxola, tras el traslado por obras desde el Topaleku. Además de la tertulia literaria en torno a la novela, al día siguiente se celebró también un amplio coloquio sobre la película de Vicente Aranda que lleva el mismo título «Tiempo de silencio»

La prensa se hizo amplio eco de este homenaje y tituló como singular la obra de Martín-Santos. Desde Lantxabe se recordaba que «la presentación de Tiempo de silencio al premio Pío Baroja de novela, que tuvo lugar en San Sebastián en 1961, además de ser un episodio importante en la vida del autor, forma parte de la historia donostiarra y de la siniestra historia cultural del franquismo y de las autoridades provinciales -no hubo más convocatorias-». A su condición de novelista Luis añadía su condición de psiquiatra y dirigente del PSOE.

Estos días se ha publicado “De paseo por el San Sebastián de Luis Martín-Santos”. Forma parte de una nueva colección de libros que bajo el nombre de «Escenarios» une autores y ciudad.

El nombre de esta  iniciativa, «Escenarios» ¡qué casualidad! coincide con el título del actual ciclo de literatura y cine «Espacios para el relato, autores y ciudades» que Lantxabe organiza en la Casa de Cultura de Aiete. Es  su décimo año; han pasado casi siete después de aquél homenaje a Martín-Santos.

Pero ¡qué casualidad! La casualidad es un factor esencial en la novela de este mes para la tertulia de Aiete “La insoportable levedad del ser” de Milán Kundera.

El homenaje a Martin-Santos en Katxola y el que se le hace ahora desde Erein; el que el título de la colección sea Escenarios, autores y ciudad, y el mismo título acompañe al ciclo de cine y novela en Aiete y que en la novela Kundera se afirme que “Solo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje” Todo ello puede ser una perfecta casualidad.

La casualidad está llena de encantos que hacen interesante la vida humana y permiten, por ejemplo, que en la narración de Kundera, dos personas se conozcan, son Tomás y Teresa que unen, a su vez, otras casualidades como lo son el amor hacia la música de Beethoven y la lectura de Tolstoi, pues ambos comparten ese gusto.

La historia de Tomás y Teresa sucede en Praga, en medio de la invasión rusa a la República Checa, es decir, durante la Guerra Fría. Ambos se conocieron a través de una serie de casualidades reales:

Hace siete años se produjo casualmente en el hospital de la ciudad de Teresa un complicado caso de enfermedad cerebral, a causa del cual llamaron con urgencia a consulta al director del hospital de Tomás. Pero el director tenía casualmente una ciática, no podía moverse y envío en su lugar a Tomás a aquel hospital local. En la ciudad había cinco hoteles, pero Tomás fue a parar casualmente justo a aquel donde trabajaba Teresa. Casualmente le sobró un poco de tiempo para ir al restaurante antes de la salida del tren. Teresa casualmente estaba de servicio y casualmente atendió la mesa de Tomás. Hizo falta que se produjeran seis casualidades para empujar a Tomás hacia Teresa, como si él mismo no tuviera ganas” (Pág. 44)

De paseo por el San Sebastián de Luis Martín-Santos es, según explicó su autor, Javier Mina, un cuadernillo que recorre el itinerario de las andanzas del malogrado escritor por la que fuera su ciudad, a la que llegó muy niño, procedente de Larache (Marruecos), donde estaba destinado su padre. En el libro aparecen sus amigos, los lugares en los que vivió y otras imágenes de la ciudad, y está poblado de anécdotas que ayudan a conocer al novelista.

¡Estas imágenes, cómo nos recuerdan -qué casualidades tiene la vida- aquella tertulia de Katxola con los protagonistas que habían conocido y vivido con Luis!

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