Lantxabe con la asociación de vecinos de Riberas de Loiola

TIFFANNY MAGRITTELa asociación de vecinos de Riberas de Loiola estrenó ayer el nuevo local cedido por el Ayuntamiento en el que podrá desarrollar distintas actividades a cubierto, como llevaba años reclamando. Con la apertura del espacio, en la plaza Gabriel María Lafitte 3, la entidad entra en una nueva fase de funcionamiento, según explica su presidenta, Arantxa Fernández, satisfecha por la puesta en marcha del local, que les cedió el Consistorio en 2011 pero que no ha podido ser habilitado hasta el momento. “Ahora decimos que ya tenemos casa”, recalca con satisfacción la presidenta.

La asociación de vecinos de Riberas de Loiola nació en 2006, el año en el que empezaron a vivir los primeros residentes en el joven barrio, que ronda en la actualidad los 4.000 habitantes. Tras un primer periodo dando respuesta a necesidades urgentes en la zona, que aún se hallaba en plena construcción, los primeros impulsores de la asociación pidieron en 2008 el relevo y empezó a trabajar un nuevo grupo de personas. “En noviembre de aquel año, algunos que habíamos estado en aquellas reuniones nos juntamos por primera vez en un portal de la avenida de Barcelona y así surgió la nueva etapa de la asociación. En 2009 hicimos unos primeros estatutos”, recuerda la presidenta.

En la actualidad, hay contabilizados un millar de socios correspondientes a otras tantas familias, pero, según recalca, Fernández, “consideramos que todos los vecinos son socios”. Las viviendas están casi todas construidas, aunque quedan dos parcelas de equipamiento público sin rellenar.

El acto de inauguración de ayer contó con un concierto musical, protagonizado por escolares del barrio, alumnos de la Escuela de Música, y se ofreció una merienda. Asimismo, el local acogió una exposición de fotografías de la construcción de Riberas de Loiola, que levantó el interés de los asistentes.

norma de uso

Ahora que disponen de un local, la entidad vecinal ha aprobado una normativa de uso de la nueva sede para que todos los vecinos puedan utilizarla, siempre en asuntos de interés general. “Queremos que esté todo bien organizado. Se pueden celebrar todo tipo de actos, si cumplen el reglamento. Lo que no se puede es organizar actividades privadas, como meriendas de cumpleaños, por ejemplo”, señaló Fernández.

Entre los objetivos de la asociación se encuentra la de “promover la vida en el barrio y la identificación de los vecinos con Riberas de Loiola”. Para ello, desde 2009 se han organizado fiestas, muy concurridas, el tercer fin de semana de septiembre. También se celebra San Juan, Olentzero, Santa Ageda… Y han surgido colectivos, como el de corredores Erriberatarrak o la comisión de fomento del euskera. La asociación, además, pretende mejorar la vida de los vecinos. “Hacemos mucho de filtro y de conexión entre los vecinos y el Ayuntamiento o la Diputación sobre los problemas que nos afectan. Pedimos mejoras en distintas cuestiones como seguridad, movilidad.. y muchas otras”, recuerda la presidenta.

Un reportaje de Carolina Alonso

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