Los pobres empresarios

1 (35)El Círculo de Empresarios vascos ha pedido a las Haciendas forales que bajen los impuestos. Pero no todos, no: sólo los de Patrimonio, Sociedades y el marginal máximo del IRPF.

Citaré a los que saben para no deslizarme por la demagogia al hablar de lo que ahora mismo pagan los empresarios. Ignacio Zubiri, referente en fiscalidad en Euskadi, dijo: si quieren un catálogo de cómo dar dinero a las empresas, miren al Impuesto de Sociedades vasco. Entre la falta de control, incentivos y bonificaciones, la mayoría de ellas no paga casi nada.

En su papel de lobbista, el Círculo pide una fiscalidad que no espante a los altos directivos, como cuando se eliminó la tributación especial de las sicav, recuerdan, no quedó ni una. Vamos, que la condición para que se queden, es que casi no tributen. Ya mantendremos nosotros el Estado, con los sueldos nimileuristas que nos pagan los pobres empresarios

Eva Domaika

6 comentarios en “Los pobres empresarios”

  1. Cuando el Gobierno acaba de elevar la previsión de crecimiento económico en Euskadi para este año del 2’7 al 3 por ciento, que venga Caritas hablando de descartados y trabajadores pobres, parece un contrasentido. Pero así es.
    Las Caritas diocesanas de Euskadi denunciaron ayer, al presentar su memoria, que la mejoría económica no está llegando a todos. Que estos diez años de crisis han descolgado del sistema a muchos vascos. Parados de larga duración y más larga expectativa de seguir siéndolo. Según un estudio de Adecco de esta misma semana, el 70% de los parados de más de 55 años cree que nunca más volverá a trabajar. Son personas que ya no tienen espacio en el ámbito laboral, que empiezan a no contar.
    Por ellos, por los trabajadores pobres, Caritas pide a los empresarios para que suban los sueldos, para que creen empleo estable y decente. En palabras de Ramón Ibeas «saquemos el beneficio del centro de la actividad y pongamos a las personas»

  2. Andrés Rodríguez Amayuelas

    Cuentan que un político español de provincias, de finales del XIX, se presentaba a las elecciones provinciales. Para garantizarse el voto en el medio rural, decidió comprar su voto dándoles 4 pesetas a cada persona. Otro candidato, que ya era diputado, se enteró de la maniobra y, no queriendo perder su acta, decidió tomar cartas en el asunto. Se dirigió a quienes habían recibido el dinero del otro candidato y les dijo que a quienes le entregaran el dinero recibido y le votaran, les daría un duro… y así lo hicieron, quedando agradecidos por la generosidad del diputado.

    Una anécdota para reflexionar sobre cómo nos engañan con algunas operaciones de marketing humanitario destinadas a lavar la imagen de empresas transnacionales.

    Imaginen por un momento un empresario incluido en la lista de los más ricos del mundo. Esa en la que están los 8 hombres que acaparan la misma riqueza que 3.500 millones de personas -la mitad de la población del planeta. Imaginen que ese gran patrimonio se ha acumulado con alguna denuncia sobre explotación de trabajadores y trabajadoras de empresas subcontratadas en lejanos países; imaginen también que aparecen acusaciones de que mantiene la mayor parte de su patrimonio en paraísos fiscales, o que sus empresas dejan de cotizar 600 millones anuales en nuestro país.

    Entonces, a alguno de sus asesores se le ocurre recomendarle que siga los pasos de otros empresarios filántropos y que haga alguna donación para salir en los medios. Y decide dedicar, por ejemplo, 320 millones de euros a unos necesarios equipamientos sanitarios de los que carecen los hospitales públicos.

    Quizás si año a año hubiera tributado a la Hacienda estatal, su contribución a la sanidad -y a otras políticas públicas- habría ascendido a 600 millones, y no a los 230 que ahora ofrece en medio de un aura de gentileza.

    Pues eso, nadie da duros a 4 pesetas.

  3. De acuerdo con la idea de que se tiene que corresponder con el fisco segun la legalidad, pero así las cosas de los 600 millones cuantos habrian ido destinados focalizados a esa ausencia de tecnologias para el diagnostico y curacion del cancer.?

  4. Euskadi, 130.000 trabajadores tienen contrato parcial. Un 38% del total. Los sindicatos venían denunciando que muchos de esos contratos enmascaraban en realidad jornadas a tiempo completo, que algunos empresarios contratan a trabajadores por un número de horas reducido, luego le extienden la jornada más allá de lo firmado y le pagan en negro.
    El departamento de Trabajo inició en marzo una campaña de inspección de contratos parciales. Y en solo tres meses ha convertido 1.500 contratos a tiempo parcial en indefinidos a jornada completa.
    Lo mejor es que la campaña no ha hecho más que empezar. Van a contratar a más inspectores y conveniar con las Haciendas porque ahí hay cotizaciones que se ahorra el empleador. Pero hagan números. Si solo han revisado 6.000 de los 130.000 contratos, a esa proporción de uno fraudulento por cada cuatro inspeccionados, cuando acabe la campaña, en dos años, el Gobierno podría conseguir convertir en indefinidos a tiempo completo a 32.500 trabajadores.
    No se si les dejarán seguir o les cortarán las alas como a finales del siglo pasado

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