«NO ME PREOCUPA EL GRITO DE LOS VIOLENTOS, DE LOS CORRUPTOS, DE LOS DESHONESTOS, DE LOS SIN ÉTICA, LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES EL SILENCIO DE LOS BUENOS».
Javier López Madrid, es el ‘compi yogui’ de la reina y el cómplice de las correrías amorosas del entonces Príncipe, antes de que sentara la cabeza y, aparentemente, fuera menos Borbón de lo que apuntaba.
El más querido de esta ‘yogui pandy’, López Madrid, yerno de Villar Mir y envuelto en un turbio caso de presunto acoso a una dermatóloga, ha tenido el privilegio de dar el primer disgusto a la real pareja al desvelarse los mensajes de apoyo que desde Zarzuela se le transmitieron cuando se supo que era usuario de una de las famosas tarjetas black de Cajamadrid. El “nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde” de Letizia ha sonado tan idéntico al “Luis, se fuerte” de Rajoy a Bárcenas que no hay campaña de glorificación que lo resista.
Apenas diez palabras han servido para mostrar que una cosa es predicar y otra dar trigo, que la rectitud de la institución frente a las conductas reprobables es sólo una fachada, un trampantojo, porque cuando el implicado es el colega de las clases de yoga lo que hay que hacer es darle cariño.
Dice ahora la Casa Real que López Madrid ya es historia y que sobre el nombre de quien facilitaba al monarca en su juventud discretos picaderos para sus apasionados romances se ha pasado el tippex con más saña que la que el PP se aplicó para formatear los discos duros de su extesorero. Hay cosas que nunca cambian.
Defensa ha adjudicado la seguridad del museo del ejército a una firma del grupo de M. A. Ramírez, indultado por Rajoy primero e imputado luego por fraude de 21 millones a Hacienda y la Seguridad Social
Y Felipe Gonzalez de mamporrero
«NO ME PREOCUPA EL GRITO DE LOS VIOLENTOS, DE LOS CORRUPTOS, DE LOS DESHONESTOS, DE LOS SIN ÉTICA, LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES EL SILENCIO DE LOS BUENOS».
http://www.eldiario.es/escolar/Solo-cumplimos-obligacion_6_493510682.html
Javier López Madrid, es el ‘compi yogui’ de la reina y el cómplice de las correrías amorosas del entonces Príncipe, antes de que sentara la cabeza y, aparentemente, fuera menos Borbón de lo que apuntaba.
El más querido de esta ‘yogui pandy’, López Madrid, yerno de Villar Mir y envuelto en un turbio caso de presunto acoso a una dermatóloga, ha tenido el privilegio de dar el primer disgusto a la real pareja al desvelarse los mensajes de apoyo que desde Zarzuela se le transmitieron cuando se supo que era usuario de una de las famosas tarjetas black de Cajamadrid. El “nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde” de Letizia ha sonado tan idéntico al “Luis, se fuerte” de Rajoy a Bárcenas que no hay campaña de glorificación que lo resista.
Apenas diez palabras han servido para mostrar que una cosa es predicar y otra dar trigo, que la rectitud de la institución frente a las conductas reprobables es sólo una fachada, un trampantojo, porque cuando el implicado es el colega de las clases de yoga lo que hay que hacer es darle cariño.
Dice ahora la Casa Real que López Madrid ya es historia y que sobre el nombre de quien facilitaba al monarca en su juventud discretos picaderos para sus apasionados romances se ha pasado el tippex con más saña que la que el PP se aplicó para formatear los discos duros de su extesorero. Hay cosas que nunca cambian.
Defensa ha adjudicado la seguridad del museo del ejército a una firma del grupo de M. A. Ramírez, indultado por Rajoy primero e imputado luego por fraude de 21 millones a Hacienda y la Seguridad Social