Homenaje a José Pizarro, un hombre sereno y vital

jose pizarroUn golpe helado, como hizo con el poeta, nos ha dejado malheridos. José Pizarro era un hombre bueno, honesto, inteligente, decisivo en las tertulias de la Casa de Cultura de Aiete y en la amistad creadora.

Quiso que compartiéramos con él, semana a semana, la larga enfermedad que tenía fecha límite, pero la vivíamos con la intensidad que nos daba él con la fuerza tranquila de vivir. Veíamos como su cuerpo le iba diciendo adiós, pero veíamos en él que la ética era la filosofía de su vida y la estética el arte; arte, ética, estética eran componentes de una existencia serena que compartía con nosotros, haciendo caso omiso al dolor, trasmitiendo talento, ingenio, bonhomía, siempre y en todo momento. Su dulce cuerpo, su aguda clarividencia nos trasmitía, sin esfuerzo, la vida como la buena vida, como la calidad de vida, como el sentido de la vida.

No he visto a un hombre tan consciente de su muerte y con tan pleno sentido de la existencia; un hombre que sabía su límite de la vida en su órbita física y seguía alentando, como el primero, el quehacer, el análisis, el comentario, el juicio, la opinión tranquila aunque firme y amable, en las tertulias organizadas y en las que se hacían, espontáneamente, después.

Su muerte nos supone un dolor infinito, el recuerdo de su vida y de su presencia nos vuelve a la búsqueda de las raíces de la vida, a la voluntad de vida, a la necesidad del arte, de la convivencia creativa, del principio de supervivencia en libertad como especie humana.

La ética de la vida de José Pizarro está impregnada de la dignidad y de la voluntad de poder vivir, de poder desear la vida, no como simple reafirmación del instinto vital, sino como la voluntad de vivir con gracia, con gusto, con imaginación y con pasión y vivirla en esta ciudad concreta, en este ambiente concreto, en esta región concreta del planeta terrenal.

Honor a José. Mi más intenso cariño a su familia y amigos

Félix Pérez Carrasco

4 comentarios en “Homenaje a José Pizarro, un hombre sereno y vital”

  1. Coincido contigo en todo lo expresado en este homenaje.

    José Pizarro fue una persona que agradeces haberla conocido y haber compartido un tiempo común.

  2. Una persona entrañable y honesta. Un interesante arquitecto, culto y valiente. Y un buen profesor universitario, gran conocedor y crítico del derecho urbanístico y la legislación técnica. La noticia de su muerte la he sentido con la sensación de que he perdido demasiado pronto a un amigo con el que habría disfrutado mucho manteniendo una mayor relación «otoñal».

    Juantxo Goñi

  3. Elogio de la vejez

    Escrito por Luis Roca Jusmet
    Tengo 61 años. Según el sabio Séneca soy un viejo ,porque considera que la vejez empieza a los 60 años. Me parece bien. No quiero que me digan que parezco más joven mucho menos que parezco joven. Quiero que me llamen viejo, porque lo soy. Lo llevo bien, no lo parezco pero lo soy. Tengo vitalidad, porque la vejez no quiere decir perder la vitalidad. Es un proceso biológico vital, pero hasta la muerte estamos vivos y no hay porque renunciar a vivir con intensidad, siempre con las fuerza de las que disponemos. No solo perdemos con el paso de la edad, también vamos ganando, o deberíamos ir ganando, sabiduría.
    No hay que resistirse al paso del tiempo. Somos cuerpos limitados en el espacio y finitos en el tiempo. Nos desplegamos en una duración, en un proceso. Nacemos, vivimos y morimos. Quizás sea, como dicen los budistas, un proceso circular: venimos del Vacío y volvemos a él. La vida de cada cual es una unidad que se inicia en el momento de la concepción y acaba con la muerte biológica.
    Hay que preocuparse por la vida, no por la muerte, decía Spinoza. La muerte no existe, decía Epicuro, porque morir es no ser. Solo somos cuando vivimos. Pero aprender a vivir es aprender a morir, en el sentido que sabemos prepararnos para el momento de la muerte. Séneca decía precisamente que la vejez era la culminación de la vida, que era cuando nos podíamos ocupar de nosotros mismos.
    La tradición china complementaba el confucionismo con el taoismo. Confucio nos enseña a vivir adecuadamente en sociedad y el taoísmo a retirarnos en la vejez, a vivir tranquilos en comunión con la naturaleza. Pero cada cual sabe cuando retirarse, aunque quizás sin retirarnos de la vida social ganamos en serenidad. Pero uno no se retira nunca de la vida.
    Soy un viejo con ganas de vivir, de pasarlo bien, de no renunciar a los placeres de la vida. Quizás cuando seamos ancianos, a partir de los 80 años, ya podemos ir preparándonos para la retirada, que es la muerte. Pero también sin prisas, ya que mucha gente de más de 80 años tiene todavía vitalidad y ganas de vivir. Aunque finalmente nadie sabe los días que le quedan. La vida puede estar terminada, ser una película ya rodada. O la vamos rodando a medida que vivimos. En todo caso, nada sabemos del futuro, exista o no en nuestra experiencia presente.

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