La nueva exposición de la Sala Kubo de San Sebastián propone un acercamiento a la obra de Marta Cárdenas desde sus primeros años.
La directora de la Sala Kubo ha destacado la «variedad» y «grandísima calidad» de la obra de Cárdenas
La nueva exposición de la Sala Kubo de San Sebastián propone un acercamiento a la obra de Marta Cárdenas desde sus primeros años a sus últimos trabajos, en un recorrido que comienza con sus pinturas figurativas de objetos cotidianos y concluye con las tablas inspiradas en los vivos colores de La India.
En el espacio intermedio se encuentran los paisajes con los que la artista donostiarra caminó hacia la abstracción y cautivó de paso a los maestros del museo de Cuenca y al mundo cultural madrileño.
Todos ellos se han reunido bajo un mismo título, «Abre los ojos», para esta muestra, que se podrá ver desde mañana y hasta el 3 de abril.
Marta Cárdenas, nacida en 1944, que pasó su juventud en casa Mamelena y ahora habita una vivienda en la plaza Otxanda, firmó la primera obra de la colección de la entonces caja de ahorros.
Beloqui ha destacado la «variedad» y «grandísima calidad» de la obra de Cárdenas, a la que hoy acompañaba su marido, el compositor y amigo Luis de Pablo, y que ha presentado «Abre los ojos» junto al comisario de la muestra, Alfonso de la Torre.
Más de 70 pinturas y dibujos se han seleccionado para esta exposición, en la que tampoco faltan los cuadernos, la «vitamina C» de la artista, de los que no se separa y sobre los que trabaja casi de continuo.
«Esos cuadernos me han llevado por caminos insospechados. En 2002 me dio además una ‘cuadernitis aguda’ y desde entonces he hecho 107«, ha explicado Cárdenas, cuya obra está muy dispersa por museos y colecciones particulares.
Para la Sala Kubo han prestado cuadros, entre otros, los museos Reina Sofía, Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, Artium de Vitoria, Bellas Artes de Bilbao y San Telmo de San Sebastián, además de la Fundación Juan March, la Caixa, el Gobierno de Aragón, la Universidad de Navarra, BBK y Kutxa Fundazioa.
La muestra se ha dividido en dos grandes ámbitos, «Dentro» y «Fuera». El primero agrupa los trabajos de juventud de la autora desde 1962 a la década de los 70, en los que utiliza objetos cotidianos, como sillas o vinagreras, y fragmentos de interiores donde priman los grises y las sombras.
Hay también autorretratos, y dos pinturas del rostro de Luis de Pablo, que dedicó a su mujer la pieza «Viajes y flores«, la cual se puede escuchar escaneando en el móvil un código QR.
Con la última pintura de ese primer espacio de la Sala Kubo, un paisaje que se intuye a través de un biombo, se da paso al área de «Fuera», donde se muestran los primeros paisajes figurativos y los puramente abstractos que fue creando luego, como los grandes trípticos que remiten al impresionismo de Monet, cuadros de los años 80 que causó «un tremendo impacto» en Madrid, ha señalado De la Torre.
«Los paisajes figurativos se convierten entonces en sensaciones visuales», ha explicado el comisario, que también ha incluido en esa sección las series «Ropa tendida» y «Barcos en Getaria».
En la sala superior están instaladas las pinturas de los últimos quince años, cuando Cárdenas abandona el trazo rápido y se sumerge en el color del que se impregna en un viaje a La India.
«Me impresionó mucho lo que vi en ese país. Está lleno de color por todas partes. Me di cuenta de que todo lo que creía saber sobre el color era una birria comparado con lo que hacen ellos», comenta.
La pintora Marta Cárdenas y la responsable de arte y patrimonio de la Sala Kubo, Cristina Beloqui