San Gimignano, un recuerdo de la vía Francigena

La ruta Francigena fue el primero de los largos viajes de verano organizados por Lantxabe en el marco de los ciclos dedicados a la literatura y el cine que dirige Lola Arrieta

El 23 de julio del 2009 estábamos en San Gimignano (Toscana) (Italia)

1 SAN GIMIGNANO

Hoy se puede leer en las páginas web de “El Pais” que es uno de los pueblos más bonitos de Italia (el nº1)

El pie de foto señala “Desde lo alto de las torres de San Gimignano se divisa una región de prados, colinas tan ondulantes como las caderas de Monica Belucci y afilados cipreses que pespuntan los caminos. Esta pequeña población toscana fue un núcleo urbano importante en la Edad Media, cuando la principal carretera que unía Italia con el resto de Europa, la vía Francigena, le aportó prosperidad. De esta época datan sus principales monumentos, concentrados alrededor de las plazas de la Cisterna y la de la Catedral, con edificios medievales como el palacio Tortolini Treccani, las torres Güelfas Gemelas o el palacio de la Podestá”.

Los sorprendentes rascacielos de San Gimignano

San Giminiano es un pueblo camino atravesado por la Via Francigena, bien señalada en el inicio y fin de sus murallas.

VIA F

Cuando llegamos, aque julio que más parececía un ferragosto, todo el centro del pueblo estaba ocupado por el típico mercadillo, cuando salimos una fuente nos esperaba para el necesario refresco de un mediodía abrasador.

Durante la Edad Media, las familias, en clara competición por saciar su megalomanía y ansia de fama y poder (la misma actitud que vimos el pasado verano en Ratisbona), competían en levantar la edificación más alta. Como si de torres de Babel se tratara, la mayoría de ellas cayeron al intentar tocar el cielo o perecieron al paso de los años; sin embargo, otras muchas sobreviven hasta la actualidad, dando lugar a esta espectacular configuración de ciudad moderna, a este viejo pueblo ubicado en plena región de la Toscana.

Desde lo alto de la torre más alta, la torre Grossa, como dice el pie de foto de El Pais, se divisa esta región de campiñas y prados, delgados cipreses que bordean caminos que llegan a novelescas fincas medievales y pequeñas colinas que rompen con suavidad un terreno casi llano. Una zona privilegiada de Italia repleta de vino, olores y colorido.

2 SAN GIMINIANO

Hicimos el viaje en autobús San Gimignano y en esa etapa fuimos hasta Pisa. Dicen que Dante se inspiró en estos pueblos (la propia San Gimignano y el vecino Monterrigioni) para hablar de las murallas de su averno en la Divina comedia, y, desde luego, no sorprende al ver el perfil de algunos lugares de la zona. Al volver la vista atrás desde la carretera, camino ya de Pisa, pudimos vislumbrar una silueta tan curiosa como espectacular, imaginar un Wall Street en vez del pintoresco pueblo medieval italiano. Un Manhattan medieval perdido entre el sosegado paisaje de la campiña toscana…

Fue un viaje precioso del que guardamos un entrañable recuerdo

1 comentario en “San Gimignano, un recuerdo de la vía Francigena”

  1. Tomado, ayer, de un revista de viajes (estuvimos en ese pueblo el 23 de julio de 2009, formaba parte del Viaje a la ruta Francigena que empezamos en Siena, entonces no había tal multitud de turistas)
    Dice así la publicación
    «San Gimignano, uno de los pueblos superstar de la región, donde, si vas en autobus, corres peligro de entrar en un terrorífico bucle. El llamado Manhattan de la Toscana es totalmente peatonal y los parkings que lo rodean están saturados de tal manera que llega un momento en que no sabes si buscar un barranco para librarte del auto o lanzarte tú misma para terminar con la pesadilla. Si consigues aparcar, intenta que los miles de turistas que merodean por las calles principales, no te impidan ver maravillas como la plaza de la Cisterna, el duomo o subir a alguna de sus torres para hacerte idea de cuánta belleza encierra una aldea del siglo XIII.
    Por la Toscana verás muchos carteles que indican el Camino de San Francisco (Via di Francesco), una peregrinación de La Verna a Roma que sigue las huellas del santo y tiene a San Gimignano (al lado de Siena) como una de sus etapas. El pueblo impone desde la lejanía con sus murallas, sus torres y su imagen medieval. El encanto se interrumpe con el mundo moderno de su plaza, habitada por tiendas de souvenirs, bares y, en el momento de la visita, un esforzado guía con banderita, perseguido por el correspondiente autobús de turistas.

    Muy cerca: Siena. Esa maravilla terrenal capaz de provocar el síndrome de Stendhal; una belleza absoluta famosa por su catedral, su piazza del Campo, el Palio y su santa Catalina.Después de la ruta clásica nos adentramos por la via delle Terme para descubrirlo y, de paso, ver anticuarios, galerías de arte y plazas algo más solitarias como la asombrosa de Salimbeni, donde no sólo hay uno, sino tres palacios: Salimbeni, Spannocchi y Tantucci. El paseo continúa por la tienda gourmet Consorzio Agrario Siena, en la via Pianigiani, hasta que arribamos al kilométrico mercado, repleto de sieneses, turistas, puestos variopintos… gracias a él descubrirás otra ciudad, ya que si das la vuelta y te diriges hacia la via del Camporegio, obtendrás las mejores vistas de la urbe y comprenderás que la perfección arquitectónica existe. Lo mejor, puedes contemplarla en soledad, lo que aquí es un milagro. No en vano, muy cerca se encuentra el santuario de Santa Catalina».

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