La escuela San Alberto Magno linda con la calle Erramunene. Desde allí acceden al Bosque por una de las entradas que potenciará el proyecto en marcha de regeneración del parque. Enseguida, tras alcanzar una empinadas escaleras, se encontrarán de sopetón, con el caserío Katxola.
Desde Lantxabe hemos planificado, diseñado y puesto en práctica, para estos alumnos del colegio, las actividades de cultura material que este Museo vivo ofrece a los escolares, con el objetivo de complementar su educación “en sociales” y hacer la visita más dinámica y participativa. Este programa de Lantxabe se organiza también con la finalidad de acercar la arqueología de la fabricación de la sidra a la sociedad donostiarra, mostrando el trabajo de los arquitectos Muñoz-Baroja y Jose Gorritxo que reconstruyeron el caserío como si fuera “la mezquita columnaria de Córdoba”, enseñando los fondos etnográficos del caserío Munto: tolare, kupelas, tina, taller de carpintero, mesas y mostrador, etc, presentando al propio caserío como una joya por dentro y por fuera.
Katxola como museo y expositor de arte es todo menos aburrido para los niños. Se lo pasan estupendamente. Todos sabemos lo importante que es para ellos la experimentación, el movimiento, el sonido, la novedad, la materialidad , los secretos, colores, texturas….El juego, en este caso, el juego y el sonido: txalaparta, toka, bolos, bote.
En el colegio se proyectan esas actividades pero en el caserío toman una forma multidimensional.
El caserío espera a estos infantes curiosos deseosos de pasarlo bien aprendiendo.