…eta trikitixa doinuekin girotuko dute sagar bilketaren jaia
Lantxabe lleva organizando las fiestas del barrio desde el año 2003. Y lo viene haciendo, siguiendo la tradición, en dos fines de semana consecutivos. En medio de la semana se suele estacionar el 14 de septiembre, celebración de la Santa Cruz; el primer domingo festivo está destinado a las regatas de la Concha. Pues bien suele cumplirse que uno de los dos fines de semana hace buen tiempo, se celebra en el clima del septiembre vasco y, por el contrario, el otro fin de semana hace malo o, más propiamente, llueve (A veces, como ayer, y la mañana de hoy sábado, llueve mucho, demasiado)
El pasado fin de semana, inauguración de la plaza de Munto, campeonato de bolos en el Jolastoki, regatas en la Concha, el tiempo fue ideal
Al colofón de las fiestas, en su segunda parte, le tocaba mal tiempo y, en efecto, estaba anunciado un temporal que obligó a suspender, entre otros festejos, el concierto de Lauroba+PAM en el Jolastoki
Para el sábado se pronosticaba la misma pauta climática. Y así empezó la mañana: diluviando.
Sólo los más ausartas o atrevidos o más devotos con la sidra, se podían sumar hoy a la recogida de las manzanas de Ekogune, antiguo caserío Zabalegi.
Y así ha sido. Han cumplido con la primera etapa de la tradición laboral-festiva el núcleo básico de las personas que estuvieron el año pasado en esta misma faena -semejantes que luego seguirán todas las etapas en el proceso de fabricación de la sidra: recogida-prensado-txotx (embotellado)-descorche- pero se han sumado otras familias de dos generaciones, aunque también se ha de contar, entre los nuevos recolectores, a algunos resolutivos aitonas.
¿Qué hacer? Se preguntaban algunos piadosos organizadores. Pues bien. Se sabe que la diosa Mari fragua tempestades. Ayer, sobre los montes que rodean Donostia, y en concreto el Oriamendi, se pudo ver a Mari, montada en un carro tirado por caballos, cruzando los aires durante la tormenta y dirigiendo las nubes, por eso alguien propuso llegar a la diosa porque cuando se halla en Anboto llueve copiosamente, pero cuando está en Aloña, hay sequía. Al dirigirnos a la divinidad se trataría de convencer que lo de ayer era porque estaba en Anboto, pero hoy estaba en Aloña.
Mari premia la fe de quienes creen en ella y atiende a quien acude a su presencia. Si alguien la llama tres veces seguidas, diciendo «Aketegiko dama», ésta se coloca sobre la cabeza del invocante, y así hizo este bondadoso colega.
No le hizo caso del todo, pero obró el milagro impedir la lluvia desde las 11:15, hora en la que empezamos a mover los sagardos para coger las manzanas a mano o con kiskitza. Y empezó a caer una tromba de agua a las 13:15, acabada la faena, cuando estábamos a cubierto en el frontón de Ekogune, recuperando las fuerzas a base de un delicioso piscolabis que nos ofreció la fundación de manos de Garraxi Denda, vegetariano de la calle Reyes Católicos y con productos de la propia Ekogune.
Disfrutamos a tope en estas tareas de auzolan. Unos mueven el manzano, incluso algunos han de subirse a él para bajar todas las manzanas. La fruta en el suelo, unas compañeras a mano, otras con la kiskitza, agachadas o rodilla en la hierva, todos, mayores y niños, hacen su aportación festiva.
El ambiente lo redondea la trikitixa; esta vez con nuestra inseparable Lourdes Huesca al pandero y Ane Acha, que nos acompañó el pasado año, con la triki.
Una deliciosa mañana en la que nos sentimos muy afortunados por el clima, fresco, húmedo pero sin lluvia, el mejor para coger manzanas; por la cálida y solidaria compañía; por la penetrante vida que nos tramiten los sagardos, la hierva, los caballos que también querían sumarse a la fiesta, esta vez como holgazanes devoradores de sagarrak…
Y el gordo de Iosu E…. fue capaz de agacharse a recoger sagarras o como siempre se sento y digamos que organizo la jaia?