Guiada por la sabia, imaginativa y graciosa batuta de Eduardo Irigoyen la Eskola Gurtziaga desplegó, acompañada por un formidable y numeroso público y de una suave lluvia, el repertorio de sus más brillantes canciones, por los jardines del palacio de Aiete.
A las cinco en punto de la tarde La Eskola, el público y la familia de Matxain abarrotábamos el Topaleku, por dentro y por fuera.
El inicio del recital se dio cuando Lantxabe entregaba un ramo de rosas de rojo fuerte a Marian -ramo que luciría durante todo el recorrido y en la casa de cultura daría luz a las Tokas de Munto/Matxain y de Josean Diez de Quevedo
La primera canción, interpretada encima de la mojada hierva del jardín y bajo los paraguas, fue Txanton piperri; debajo del precioso magnolio, cerca de la casa del guarda, el himno de Lertxundi, Goizian Argi Hastian; Irigoyen buscaba los árboles más frondosos, no para refugiarse de la lluvia sino para que el aire no se llevara los ecos de la canción; siguieron con el Iluntzean, Ojos brujos, Maitia, nun zira?, Siyahamba, hasta llegar a las puertas del vetusto palacio, hoy limpio de los excrementos franquistas que hicieron sufrir a tantos aietearras, incluido Manuel.
Los momentos más solemnes fueron al final; con el Txori txoria de Mikel Laboa, que la Gurutziaga ensayó la noche anterior, -ver refererencia en páginas anteriores-. Acompañamos el cántico con la familia de Manuel agrupada frente a su vieja casa Matxainene (Una nube de fotógrafos, aficionados y profesionales, aprovecharon el emblemático momento)
El punto final lo puso el Agur Jaunak eta Andreak. Eduardo y la Eskola han incorporado a la mujer en este canto épico vasco y su radiante interpretación sonó espléndida en oídos y corazones de la multitud asistente.
Allí tomó el relevo el grupo de dantza Gero Axular.
Con ellos, todos los hitos simbólicos del barrio se sumaron al reconocimiento de Manuel Matxain como el gizon plaza mayor, la referencia personada de Aiete.
La aguda visión del bertsolarismo -ver refererencia en páginas anteriores-, tanto en el taller de los auzobertsolanean, por la mañana, como en los bertso saio, en el centro cultural, por la tarde, con agudeza, sencillez -a lo Matxain- e imaginación, se hizo eco de esta central idea de futuro para el barrio