La cosecha produjo un mosto rojo, dulce, con intenso sabor a manzana
Las muchas personas que visitaron Katxola en la tarde de ayer, sábado 22 de octubre, disfrutaron del zumo de manzana y de la fiesta.
El encendido del tolare y el prensado de la manzana no deja de sorprender a los que se acercan al caserío en una tarde como la de ayer.
Algunos son fijos, pero otras personas es la primera vez que se acercan, todas asistimos extasiadas a ese funcionamiento del motor que se usaba en el caserío Munto, fechado en el 1920, para la misma función. Abrimos bien los ojos por ver el empuje del aparatito para hacer rodar las poleas y que estas, al girar, hagan moverse al engranaje, contribuyendo al movimiento mecánico vertical de los pisones, que siguen pareciendo de estreno. Al final del proceso las relucientes manzanas terminan convirtiéndose en patsa tras se exprimidas a fondo.
Todo ello gracias al papel de unos hombres -no vimos a mujeres- que facilitaban la perfecta armonía del mecanismo. Y no es tan fácil. Y hay que sortear muchos obstáculos (Que se lo pregunten a dos de los más constantes que, el viernes, cuando quisieron probar el funcionamiento del tolare, se encontraron con que no tenían corriente eléctrica. Menos mal que este tipo de tareas comunitarias siempre tiene el apoyo profesional de referencia que se presentó en el lugar en media hora)
Fueron prensadas 900 kilos de manzana que dos jóvenes caseros atletas, cargaron a hombros y las subieron al primer piso; era viernes. Las manzanas fueron volcadas en una impoluta machaca y de allí hasta la nueva kupela bautizada como Amutxasategi en honor de nuestro querido Antxon.
En torno a la fiesta, una magnífica trikitixa, de más de quince personas, son de la escuela de música y vienen apoyándonos en cada celebración. Maravillosa gente.
Talleres infantiles organizados por dos generosos jóvenes de la Kutxa Ekogune,
Un sin par y humorista disc-jokey
El servicio eficaz y laborioso, compuesto por mujeres en su mayoría, en los mostradores del caserío.
Se sirvió sidra que quedaba por consumir del pasado año, prensada el 24 de octubre.
Acudieron familias enteras. Una gozada ver a tantas niñas y niños leyendo la trasformación de manzana en mosto; y dentro de cuatro meses comprobarán como ese mosto será una sidra de primerísima calidad, pura como la nieve.
Vaya si lo fue