Antes nos reuníamos en el Bodegón Anastasio. Su hijo, el popular Plácido Eceiza, nos acogía cariñosamente. Imposible hallar mejor trato en parte alguna.
Pero cuando el citado bodegón se convirtió en comedor, nosotros mismos nos dimos cuenta de que perjudicábamos al establecimiento. Aquello estaba montado para servir comidas y no «amaiketakos» de ínfima importancia.
Con harto sentimiento, nos vimos obligados a cambiar de lugar. No porque nos recomendara el simpático Plácido, sino porque nos dimos cuenta de que no era aquél el lugar que nos correspondía.
Nos trasladamos al Bar Vallés, en las proximidades de la catedral del Buen Pastor, donde todos los martes de cada semana celebramos nuestra tertulia.
Nuestra cuadrilla lleva la denominación de «Egizaleak», y hay plena unanimidad en nuestros criterios. Es que los amigos de la verdad están llamados a entenderse, lo que no es nada frecuente en nuestros días. Impera el confusionismo en todos partes, pero, a Dios gracias, no sucede
lo mismo entre nosotros.
Contertulios.
Víctor Idiazábal, Eusebio Zubillaga, Victoriano Anabitarte, Igancio Nogueras, Iñaki Eizmendi “Baserri”, Roque Aranbarri, Vicente Barandiaran, Joaquin Zubiria y Manuel Matxain.