La vimos en el cine-forum el 7 de noviembre de 2014 en la Casa de Cultura de Aiete, dentro del ciclo sobre la Primera Guerra Mundial.
Creo que mañana a la noche, jueves, veré Espartaco; pasado mañana, Cautivos del mal; el sábado, El gran carnaval, y el domingo, Río rojo, y felicidades, señor Douglas y que se muera cuando usted quiera.
Se llama Issur Danielovitch, pero el hijo de aquel trapero judío llegado de Rusia decidió por estrategia, o conveniencia, o porque su nombre resultaba demasiado hebraico (aunque Hollywood lo inventaran ellos y lo sigan reinventando), que sería mejor cambiarlo por algo tan contundentemente estadounidense como Kirk Douglas. Y siempre existían mil agradecidas y admirativas razones para recordarle, pero en esta ocasión se debe a algo tan insólito como que cumpla 100 años el viernes. -Nació el mismo año que Manuel Matxain- No sabemos cómo ha afectado su longevidad a su estado físico y mental. Lo único que deseo es que alguien que nos ha transmitido sensaciones tan intensas, que nos regaló con su presencia y su arte algo parecido a la felicidad, tenga una ancianidad plácida, que el dolor y la devastación no se hayan ensañado con él, que aún pueda disfrutar de ciertas cosas de la vida. Cuando él desaparezca habremos perdido al último símbolo de un cine legendario, en blanco y negro y en color, de una época en la que el público pagaba la entrada para ver actores y actrices que le ofrecían algo hipnótico, mágico y veraz, gente en perpetua posesión de algo llamado magnetismo, independientemente de la calidad del producto. Nos quedará la memoria y la posibilidad de revisar en formatos que ya no pertenecen a la sala oscura el talento y la personalidad de histriones a los que amaremos siempre.
Además de haber sido con naturalidad un dios, de comerse la pantalla, este señor tuvo la suerte o la intuición de que una cantidad apabullante de grandes directores exigiera su presencia. La lista acojona: Wilder, Hawks, Mankiewicz, Tourneur, Huston, Wyler, Minnelli, Hathaway, Vidor, Kubrick, Preminger, Fleischer, Aldrich, Sturges, Frankenheimer, Donen, Ritt, Kazan, De Palma, Mann y otros ocasionalmete meritorios. De acuerdo, falta John Ford, no se puede tener todo, pero la carrera de Douglas si poseyó casi todo. Si añadiera algunos nombres de directores europeos, e incluso algún oriental, yo disfrutaría el resto de mis días y pasaría en Arcadia todas las noches volviendo a ver la obra de esos señores que dirigieron a Kirk Douglas.
Ninguna de sus interpretaciones fue bendecida con el Oscar. Tampoco se lo otorgaron a Cary Grant. Creo que a ambos pretendieron consolarles al final de su carrera con el honorífico. ¡Qué vergüenza para el Oscar! No premiaron a un actor dotado de una energía proteica, creíble en múltiples registros, alguien que desprende electricidad, capaz de otorgar autenticidad y fascinación al heroísmo pero igualmente al lado oscuro, a trepas, canallas, obsesos, crueles, cínicos, manipuladores y outsiders, a matices sobre el bien y el mal, dueño de una fuerza expresiva impresionante en movimiento o parado, en primer plano y en plano general, mirando, escuchando, hablando, retando, en réplica y contrarréplica. Alguien contó que, si Douglas era fotografiado en medio de un grupo de gente, la mirada de un espectador virgen inevitablemente se iba a concentrar en él, porque la cámara le amaba. Son los atributos y el perpetuo misterio que distinguen a las grandes estrellas. Y de acuerdo en que era un hombre guapo y musculado, que el hoyuelo de su barbilla molaba mucho, pero lo más atractivo de él nacía de su cabeza, su sensibilidad, su corazón, su inteligencia, su estilo, su clase.
Tendría un grave problema si me preguntaran cuáles son las interpretaciones de Kirk Douglas que prefiero. Ha tocado el cielo muchas veces con una tipología tan variada como atractiva, de bueno o de malo, de atormentado o de racional, de intimista o de épico, pero incluso en sus películas más débiles o convencionales, yo pertenezco a ese público que salía contento por el goce de ver actuar a ese señor llamado Kirk Douglas. Y tampoco olvido que, gracias a él, las infames listas negras perecieron, cuando impuso que en el guion de Espartaco apareciera el nombre de Dalton Trumbo, su verdadero y hasta entonces clandestino autor. Quiero pensar que además de un actor genial este tipo se comportara alguna vez en su vida como un hombre valiente, justo y honrado.
Tomado de Carlos Boyero
La sección de Cultura de EL PAÍS ha realizado una selección de las más destacadas interpretaciones del actor estadounidense a lo largo de su dilatada carrera. ¿Cuál es tu favorita?
La primera es “Senderos de gloria (1957)”, con 841, votos,
La presentación dice “En 1957, tras el rechazo de varios estudios, Kubrick logró llevar la novela que da nombre a la película a la gran pantalla gracias al apoyo del actor Kirk Douglas y United Artists. En Francia, no se estrenaría hasta 1975 y en España no vería la luz hasta once años después de la muerte de Franco”.
La segunda es Espartaco (1960) con 648 Votos y muy lejos las demás.
Enhorabuena Lola por haber elegido esta película
Por cierto es el único cine-fórum de Donostia y en versión original subtitulada
Hay que reconocer que el ciclo de literatura y cine de Aiete, elige buenas parejas para Kirk Douglas.
En la última que pusisteis del ciclo en la Casa de Cultura , “El gran carnaval”, proyectada el pasado 4 de noviembre, Kirk Douglas estaba soberbio como periodista sin escrúpulos y su pareja era ni más ni menos que Billy Wilder
También estuvo en vuestras pantallas “Senderos de Gloria” y su pareja es el genial director Stanley Kubrick.
La mayoría de las personas consultadas elige ésta como la mejor película de Kirk Douglas
Más de sesenta profesionales y críticos de cine han concluido que el mejor papel de Douglas lo hace en “Senderos de gloria”, cima a la vez del cine bélico y anti-bélico, ambientada en un episodio real de la primera guerra mundial.. Pero no podemos olvidar que este actor ha hecho de Ulysses, Vincent Van Gogh o Espartaco.
Me quedo con Boyero cuando afirma “Tendría un grave problema si me preguntaran cuáles son las interpretaciones de Kirk Douglas que prefiero. Ha tocado el cielo muchas veces con una tipología tan variada como atractiva, de bueno o de malo, de atormentado o de racional, de intimista o de épico, pero incluso en sus películas más débiles o convencionales, yo pertenezco a ese público que salía contento por el goce de ver actuar a ese señor llamado Kirk Douglas”