“Después de eso, ¿cómo se puede vivir?”.

Incendies” en versión original

El dramaturgo libanés afincado en Canadá, Wajdi Mouawad, puso en palabras, en un hermoso y desgarrador relato, las consecuencias de la guerra cruel que siempre le ha perseguido.

La obra de teatro -como se dice en otras páginas de esta web- se estrenó este invierno en el Victoria Eugenia y ayer vimos una interpretación cinéfila en la Casa de Cultura.

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Mouawad nació en Beirut. Salió del Libano el año, 1975. La guerra le arrancó para siempre de su país. Para mí no es solo un montaje teatral. Me toca una experiencia muy personal de la que yo solo tenía fogonazos en mi memoria, pero que ahora estoy reviviendo con todo el desgarro. Es un monólogo que, noche a noche, te va dejando heridas en el alma. Cada verso, cada frase te golpea y resuena en una parte de tu memoria. Vivo con dolor cada una de las palabras de Mouawad”, explica el actor que interpreta uno de los personajes principales.

Ese mismo sentimiento se trasmite al público como tuvimos oportunidad se vivier ayer al ver, esta vez en pantalla, “Incendies”, en su versión original: en francés canadiense y en árabe profundo y cantarín.

Un obús en el corazón es lo que sentimos ayer los privilegiados espectadores de Aiete, el mismo que arrastra la dolorosa experiencia del propio Mouawad que, siendo niño, fue testigo del ametrallamiento y posterior incendio de un autobús repleto de refugiados palestinos por parte de las milicias cristianas. Terible escena, terrible, terrible. Toda su obra ha girado en torno a aquel dramático suceso que le marcó para siempre. Y sin embargo Mouawad utiliza la poesía para poner en palabras la amargura y la crueldad de la guerra.

7 comentarios en ““Después de eso, ¿cómo se puede vivir?”.”

  1. Realmente es una producción extraordinaria, felicitar Lola no es suficiente; cada fotogràma de esa pelìcula es un tesoro de aprendizaje. Gracias mil por tu elección. Ojalá la proyección de esta pelicula -¡en versión original!- trascienda como un acontecimiento que se valore en el ámbito cultural donostiarra

    1. “La infancia es un cuchillo clavado en la garganta. No se lo arranca uno fácilmente. Solamente las palabras tienen el poder de arrancarlo y calmar así la quemadura”. Son palabras de Wajdi Mouawad, son algunas de las frases escritas en las cartas de la madre, que ayer nos estremecieron en el pase de la película

  2. Magnifica película, el final me parece impactante, creo que el fanatismo religioso marca el caminar de la película. En definitiva, me ha fascinado la película.

  3. A mi también me impactó por la historia, pero el final me parece un poco retorcido. Está bien narrada, rodada y muestra belleza en casi cada plano, aunque lo que muestre sea muy duro. (Pregúntale a Pepi)
    Es una película difícil de seguir. Aunque somos testigos de la búsqueda por parte de los dos hermanos, nos enteramos de los momentos más importantes a través de diálogos, conversaciones o lecturas en las que unos personajes les revelan datos a otros. Y es que quizás el lenguaje cinematográfico debe ir más allá de crear giros de guión basados sólo en palabras. Es algo que me pasa con determinadas películas, que esconden lo importante en diálogos, cuando son cosas que podrían intentar trasladarse a imágenes. Cuando me entero de cosas importantes a través de un diálogo, tengo la sensación de estar delate de un trilero, que te enseña la bola debajo de un cubilete y no te fías demasiado de cómo ha llegado hasta ahí.
    Aplicado a la película, hay que hacer un leve ejercicio de fe para que, sin saber nada del hermano/padre durante cuarenta años aparezca en la cárcel como torturador y que también acabe viviendo en Quebec. No es descabellado ni incoherente, simplemente tengo la sensación de que podía haber sido resuelto así como de cualquier otra manera.
    Una pena que el debate esté condicionado por el cierre de la casa de cultura.

  4. El Gobierno Vasco -o Jonan Fernández- va a promover que los refugiados e inmigrantes vayan a los colegios para prevenir el racismo, la exclusión y la discriminación.
    Gracias a la inmigración, la población de Euskadi ha crecido por primera vez en cinco años. Pero dicen que decía Albert Einstein que «es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio». Y estos, contra los emigrantes, están en algunas capas de la sociedad, sobre todo entre los adultos. Para los jóvenes vascos la inmigración no es un problema. Según el Deustobarómetro, es la decimocuarta de sus preocupaciones. Los prejuicios crecen con la edad.
    ¿Hay que ir a las aulas a prevenirlos?. O precisamente a los lugares de convivencia de esos adultos: pongamos un ejemplo: las sociedades gastronómicas; otro, los campos de fútbol y si son de Primera más….Busquemos por ahí.
    Por cierto, cuando estas duchas autoridades en todo hacen un encargo ¿Consultan con los aludidos? ¿Han preguntado en las escuelas?

  5. Baltasar de la Hera Fontaneda

    Asi parece, y por eso el Sr Alcalde de Vitoria se cuestiona la exigencia de los refugiados musulmanes que le piden que desaparezca la carne de cerdo de los menus del comedor.
    pues eso:¿ no es difícil integrar , menus diferentes ?, pero en aras de la solidaridad y comprensión a algunos ante de obligaciones piden exigencias.

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