La comunidad escolar disfruta desde hace cinco meses de las nuevas instalaciones en la plaza Hiru Damatxo, pero ayer se hizo la fiesta de inauguración.
Una fiesta organizada a conciencia, preparada con minuciosa precisión y ganas, por un profesorado radiante y orgulloso de su nueva escuela, de sus chavalas y chavales, de sus correspondientes amas y aitas, de su barrio y sus asociaciones y de los responsables del gobierno que facilitaron la construcción del nuevo edificio.
Allí estaban Polentzi Urkijo (Director de Recursos Materiales e Infraestructuras) y Olatz Garamendi (Viceconsejera de Administración y Servicios) personas claves en las obras de la escuela.
Cristina Uriarte (Consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco) responsable del departamento
Eneko Goia, Donostiako udala alkatea, que, más tarde, nos dijo “Si vengo muchas veces a Aiete, es que no paráis de hacer y proponer” (Ahora toca el centro de salud, añadió)
Naiara Sanpedro, luchadora concejal, comprometida con la escuela
En representación del claustro de profesores Txus Legorburu, su directora, las maestras y maestros estaban como un pincel, prestos a la faena de hacer de la fiesta un alegre acontecimiento y a bailar, todas y todos, maestros y niños, un emocionado Aurresku. Y un prodigio de saludo, de múltiples variedades, que no es necesario ser muy perspicaz para calcular horas de ensayo y de trabajo.
En nombre de la asociación de madres y padres, fue condecorada Itxaso Lizuain, que está ahí desde el primer día. Por la escuela han pasado (o están todavía) sus tres criaturas. Y estuvieron en el acto, generaciones anteriores de madres y padres, como Edurne Osa, arquitecta, en el doble sentido de la palabra, de oficio y de colaboración, en la construcción física e inmaterial de la escuela.
Se citó a Lantxabe, como organización impulsora, junto a todo el amplio colectivo mencionado, temiendo que nos dejamos entre las teclas alguno más.
El video adjunto es una alegoría, un reflejo de lo que vivimos. Se trata de la interpretación de la primitiva marcha de San Sebastián.
«A ti, pueblo nuestro, te bailamos un zortziko»