La importancia de la madera muerta en el Bosque de Miramón

Algunas personas que andan por el estrenado paseo del Bosque de Miramón -uno de los más bonitos de la ciudad- consideran que se han dejado las cosas a medio hacer, porque se sigue viendo  madera muerta. Consideran que se ha dejado sucio el Bosque, que andar por los caminos de más abajo es un peligro; en todo caso que los árboles caídos, son  un elemento antiestético; pero la estética no es un criterio «científico» de gestión de un ecosistema o un Espacio Público como es el Bosque de Miramon.

La madera muerta es esencial en los ciclos de nutrientes del bosque, como «abono natural» que en su lenta descomposición enriquecen el suelo del Bosque; esenciales como refugio, lugar de descanso, reproducción o invernada de quirópteros (la mayoría protegidos y amenazados) y otros pequeños, medianos y grandes carnívoros, reptiles, insectos -ver panel-; esenciales para los pícidos, para las rapaces nocturnas que nidifican en sus huecos; esenciales para las rapaces nocturnas y diurnas, que los utilizan como «balizas» territoriales, o como oteaderos de caza o puntos de reposo. Esenciales para los invertebrados saproxilófagos, descomponedores de esa materia orgánica de debe volver al suelo (para reiniciar el ciclo imparable de la vida) comedores y recicladores de madera muerta, muchos de ellos amenazados y algunos protegidos, todos sin distinción ignorados, aunque su importancia sea tan obvia como preocupante su escasez y grado de amenaza.

Por todo ello la existencia de madera muerta en nuestro bosque de Miramón es imprescindible, vital para su buena salud, y para la salud y calidad de la vida humana.

El proyecto de Lur Paisajistak y Lantxabe ha optado por dejar la madera muerta en el bosque, para su regeneración natural, por mantener y potenciar los procesos ecológicos, garantizarlos, facilitarlos.