El día 12 de julio el “grupo de 54 viajeras y viajeros del ciclo de Literatura y Cine” organizado por Lola Arrieta de Lantxabe, visitaba Vicenza. Iniciaron su andadura por el Corso Andrea Palladio y desembocaron en el Teatro Olímpico. El Teatro Olímpico de Vicenza fue diseñado por el propio Andrea Palladio. Una verdadera joya y una de las principales maravillas del reciente viaje al Noreste de Italia.
La realización del teatro fue confiada a Andrea Palladio por la Academia Olímpica de Vicenza para representar comedias clásicas. La construcción comenzó en 1580 y la inauguración tuvo lugar el 3 de marzo de 1585.
El proyecto es una obra maestra. Fruto de toda una vida de estudios dedicado a todos los aspectos de la arquitectura romana. Palladio logró un cálido y expresivo teatro, de estilo romano, totalmente cerrado, con un proscenio monumental, donde siete escenarios de perspectiva recrean las antiguas calles de Tebas, originalmente montados para la obra inaugural Edipo Rex y que, a día de hoy, tuvimos la gran suerte de volver a disfrutar.
Hoy el grupo Vocento utiliza una foto del Teatro Olímpico como portada el primer libro de su serie “El nacimiento de la ópera”
Quiere la casualidad que este primer tomo esté dedicado a “Aida” de G. Verdi.
Gozamos de la representación de “Aida”, unos días antes, el 9 de julio, en la Arena de Verona. Un espectáculo excepcional, imposible de exhibir, con esas características, en cualquier otro teatro que no sea la Arena de Verona.
Y quiere la chiripa que el citado manual recuerde que fue el compositor Claudio Monteverdi uno de los autores a quienes debemos el nacimiento de la ópera. De ello nos habló Sergio Pedrouso, el martes 13 de junio, por la tarde, en el Casa de Cultura de Aiete. Fue una documentada exposición de la génesis y explosión de la música barroca, soportada en tres pilares: Adrian Willaert, Monteverdi, Vivaldi; pues bien, el azar o la carambola quieren que el próximo autor que nos presenta la citada colección de Vocento sea nuestro apreciado Vivaldi. El día 17 julio pudimos ver en la Iglesia de San Giovanni Battista in Bragora, la placa que recuerda que allí fue bautizado “Il prete rosso”, como se conocía a Vivaldi, por el color de su pelo.
Y el día anterior, 16 de julio, visitamos la impresionante basílica de Santa Maria dei Frari, en Venecia también, dónde descansan los restos de Claudio Monteverdi, cuyo 450 aniversario estamos celebrando a los largo de todo este 2017 (nació el 15 de mayo de 1567, en Cremona)
