En la mañana del miércoles día 18, Iñaki Gabilondo iniciaba y terminada su comentario ‘opinión’, en la Cadena Ser, con una misma frase, que él subrayaba. La locución decía más o menos así: la semana que viene, en Catalunya, al mismo tiempo, podemos tener dos gobiernos, el de la República Independiente de Catalunya y el de la Autonomía intervenida
No lo ha dicho Iñaki, pero a esa tesitura la gente le solemos llamar ‘situación kafkiana’, que es la resulta de mezclar, al mismo tiempo, trances de aparente realidad e irrealidad.
Se da esta circunstancia; la próxima tertulia de Aiete, que se celebrará el jueves nueve de noviembre, tratará sobre ‘El proceso’ cuyo autor. como es sabido, es Kafka
Pues bien, leyendo esta novela de Franz Kafka, pienso que lo que barruntaba Gabilondo, de alguna manera, es lo que le pasa al personaje principal de la novela; el protagonista, Josef K. y ‘el procés’, habitan o pueden llegar a vivir, en un mundo ‘kafkiano’.
En el relato, Josef K., es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde este momento, el protagonista se adentra en una pesadilla para defenderse de algo que no se sabe qué es y las instancias a las que pretende apelar están muy limitadas, creándose así un clima de inaccesibilidad a la ‘justicia’ y a la ‘ley’.
Félix
Ja,ja yo la lei hace muchos anos y me encanto.No creo que las situaciones originarias sean comparables (o si?) pero espero que el final sea distinto.
Si supiera como funciona el tuiter pondría un me gusta
Juegos de Palabras. Mi generación atravesó toda la represión política y moral del franquismo y de la iglesia bajo la doble amenaza del infierno y de la guardia civil. El infierno era hipotético, pero la pareja de la guardia civil podía cruzarse en tu camino y antes de que te diera el alto la mala conciencia ya te sacaba del subconsciente la culpa congénita. Algo habré hecho mal, pensabas. Al entregarle la documentación te sentías una hormiga perpleja frente a la autoridad con todo el sol en el tricornio. Aun viviendo en democracia, a veces me dan ganas de ir a una comisaría para que me detengan por algún delito que todavía no he cometido. Si el comisario me preguntara qué daño he hecho en la vida, le diría que buscara en el archivo. Seguro que encontraría algo de lo que debería arrepentirme. Esa sensación de culpabilidad va más allá del proceso de Kafka. Atañe a los ciudadanos inocentes y a los líderes políticos. Es una niebla que se cierne sobre la conciencia colectiva. Es el inquisidor Torquemada que te invita a huir mientras ríe en la tumba a carcajadas.
“El nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba. El nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba. El nacionalismo cuando los pobres lo llevan dentro, no mejora, es un absurdo total”.
Esas infecciones de virus ideológicos se curan bastante viajando y leyendo según consejos de los entendidos y las dosis recomendadas son : un viaje por el extranjero por año, despues de conocer la nación y el estado al que perteneces,y leyendo un libro de historia por mes, tambien relacionado con lo mismo, si esto no lo cura y persisten los riesgos de enfermar del fanatismo lo recomendado seria: hablar con los afectados del sexo de los mejillones ,percebes o similares…
En el «El Proceso» de Kafka, un tipo se topa con la administración y la burocracia jurñidica. Si como dicen, una situación kafkiana es una situación extrañísima, esperpéntica…Pues sí el ¨proces”, la república catalana, el 115…derivan en una situación kafkiana
Desconozco si Meltxor ha leído el Proceso, o la Metamorfosis, o alguna otra obra de Kafka.
En mi modesta opinión, 115 más Independencia, 115 contra Independencia, el 115 sólo, la Independencia sola, no son kafkianas, nada tienen que ver con la obra de Kafka. Los actores de estos conflictos luchan por el poder para seguir haciéndose con la hacienda pública, recortando la libertad, se ríen de los ingenuos.
La literatura de Kafka no es difícil, ni enrevesada, es irónica, cargada de símbolos, imaginativa, ocupada por personajes disparatados, exagerados, estrafalarios, sufridos…
Leyendo el Proceso se respira libertad, creatividad, imaginación…
María has podido tener un lapsus -con perdón de la disciplina médica- . Creo que querías decir el 155. Es lo que tiene ‘meterse’ con «El Proceso» de Kafka. Se puede indigestar.
Un saludo
Es más sencillo que todo eso. Leí el comentario de Meltxor y no me di cuenta de que escribía 115, en vez de 155, total patatas.
Veremos como acaba este descosido
Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos temer son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro.
Franz Kafka a Oskar Pollak, 1904
Pero siempre, Kafka. ¡Pobre Kafka!, ¿qué culpa tiene?
Así finaliza este artículo de Lluís Bassets -que se reproduce más abajo- corroborando lo que se suele decir y recordar en las tertulias de Literatura y Cine de Aiete. El autor pone en marcha su novela, su obra, su película y cada lector y cada espectador se convierten en coautores, haciendo su propia lectura. La de Lluís es la que refleja su artículo, y cita a Kafka como autor referencial -ya comprobamos los de las tertulias que Kafka es un novelista excepcional-, pero las citas de Bassets están “traídas por los pelos”, con otras palabras, no se si Kafka ‘cofirmaría’ este artículo con Bassets. Cierto es, sin embargo, según estos hechos, que Gabilondo y el ‘Ciclo’ acertaron con el personaje
https://politica.elpais.com/politica/2018/02/12/aixo_va_de_democracia_blog_contra_l1o/1518426850_153133.html