Franz Kafka nos enseña a distinguir los libros que vale la pena leer

En las tertulias de Aiete se llevan leidos, deliberar,, ponderarados estudiados, deconstruidos, interpretados, decantados, profundizados y desmenuzados más de 100 libros, la mayoría novelas canónicas.
Las tertulias de Aiete son como una ‘academia errante’ de las de verdad: Topaleku, Katxola, Topaleku y, ahora, desde el 2011, en la Casa de Cultura.

100 libros son como una gota de agua en el mar: hay más libros que vida. Si analizados nueve libros al año ¿Cuántos títulos hay en la lista de los organizadores que quedarán postergados?
Sin embargo este hecho no desmotiva a los organizares porque la lectura no es acumulación. Contra lo que divulgan los modelos económicos del sistema en el que vivimos, la lectura no adquiere valor por un número de libros que se examinan, sino más bien por las cualidades subjetivas que quedan depositadas en la lectora o el lector.
Con esta idea trabaja la organización de las tertulias de Aiete. Debe ser un planteamiento acertado dado el éxito del proyecto tanto en su longevidad -12 años consecutivos, decana de las tertulias donostiarras- como de su creciente apoyo y respaldo popular
Con ocasión de la tertulia sobre el Proceso, Lola Arrieta, nos trajo a la cita un un breve párrafo de Franz Kafka que bien podrá haber servido como brújula en esos más 100 de libros elegidos y que llamamos cultura.
Lola ha intentado discernir los libros que vale la pena leer. Para leer se debe emplear tiempo ¿No tendríamos que saber cómo dar el mejor uso posible a ese recurso no renovable que llamamos tiempo de vida?

Lola nos reveló en la tertulia que Kafka, con la lucidez que tuvo para la literatura, escribió a los 23 años una carta a su amigo Oskar Pollak en la que incluyó un argumento irrebatible para reconocer, en el acto mismo de la lectura, los libros que de verdad es necesario leer porque tocarán nuestro ánimo y acaso los cimientos mismos de nuestra subjetividad hasta perturbarlos y conmoverlos. Los libros que debemos leer, nos dice Kafka, son aquellos capaces de transformar nuestra visión del mundo. Y quizá, si todos leyéramos un par de esos a lo largo de nuestra vida, sería más que suficiente.
A continuación el párrafo literal de Kafka que nos leió Lola en la tertulia
‘Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos temer son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro’.
Franz Kafka a Oskar Pollak, 1904

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