Lluvias ‘Nimbostratus’, un paseo imprevisto por el Bosque

Iñaki Jarauta -el pajarero- avisó que iba a llover mucho y se aplazó la ‘visita guiada’ hasta el domingo 19.
Las nubes, ese meteoro consistente en partículas diminutas de agua líquida, suspendidas en la atmósfera y que hacía semanas abandonaron su tierra cantábrica, pedían sitio, y lo hacían, precisamente, el sábado y el domingo programado para la excursión.
Los nubarrones eran de la especie ‘Nimbostratus’. Nimbus significa “lluvia” en latín, nubes que traen precipitaciones fuertes. Como se supuso, la lluvia ha caído de forma espesa y continua el sábado…para el domingo quedaron algunos claros

La expedición que acudió ilusionada a Katxola se coló entre algunos de esos claros, aunque al final del trayecto tuviera que abrir el paraguas.
Se anunció, sí, el aplazamiento de la ‘visita’, pero la organización sabía, sin embargo, que siempre hay personas amigas del Bosque que iban a acudir a la cita. Y así fue.
Parejas jóvenes, ama/hijo, matrimonio asiduo, mujer guía de la naturaleza, mendigoizales, senderistas, amigos del Bosque, de la naturaleza, curiosos de la vida de las aves…
Y sintieron, en primer lugar, curiosidad por el caserío que estaba espléndido, limpio como la patena, resplandeciente.

En sus pequeñas kupelas -250 litros- está fermentando el mosto. El fluido se reduce y hay que rellenar la kupela con el mosto reservado para ese fin.

Los invitados conocían el caserío por fuera; alguno manifestaba su admiración por lo se encontró dentro, no se imaginaba la diversa riqueza etnográfica que conserva Katxola y citaron y compararon con el Igartubeiti de Ezkio
Durante el tiempo pasado en el interior del caserío, trombas de agua rasgaban el cielo; pero después aparecieron los claros -un sol limpio, una luz luciente- y la expedición abandonó el caserío en dirección al teatro-anfiteatro, el tótem de Katxola, el estanque, el Bosque.
Y más preguntas…
¿Por qué se derrumbaron acacias de gran porte? ¿No tenían derecho a la vida?
Respuesta: Porque son especies invasivas; fueron sustituidas por 251 manzanos.
Los manzanos forman una preciosa geometría en las campas que caen, desde Katxola y el anfiteatro, hacia la hondonada de la erreka Pakea. Son ahora, pequeños árboles, como hermosas púas, protegidos en su nacimiento, crecidos entre una pastura de hierba, el domingo con un verde especial por las continuas lluvias desde la tarde del sábado
El totem de Katxola, encima del anfiteatro, fue una agradable y artística sorpresa.

La belleza deslumbrante del blanco frontón, como una sábana recién colgada desde el cielo puesta a secar.

El estanque estaba revuelto. Restos vegetales cubrían parte de su superficie. El sendero de acceso estaba muy castigado por las lluvias y todo el camino, hasta llegar al paseo de Mikeletegi, baqueteado por las huellas de las torrenteras.

Otra pregunta de una compañera que observó cómo se ponía un gran plástico que cubría todo el fondo del estanque ¿Por qué?
Para facilitar su limpieza automática y futura.
Los paseantes mostraban una gran atención a cada explicación. El más inquieto, un chaval muy listo que venía con su ama. El vio algunos pájaros a los que identificó y se ayudó de la guía que Lantxabe ha editado.
Nos detuvimos en la ‘Fuente de la Virgen’. Allí reaparecieron las ‘Nimbostratus’ y en consecuencia se puso a llover. Subimos hasta el paseo de Mikeletegi y regresamos a Katxola.
Una conclusión de la caminata: Parques y Jardines deberá estar atento al mantenimiento del Bosque, y la Asociación de Amigos del Bosque ponerse a funcionar y cumplir con su misión. Quedan muchas cosas por hacer y otras necesitan de una atención continuada.

Fue una alegre mañana.