En esta película Lubitsch despliega inspiración, ingenio, habilidad, maestría.
Y Garmendia, en su apasionada y entusiasta presentación, conectó con una gente entregada
Jesús hizo un despliegue de elogios, los mismos que le inspiró el visionado de la cinta, mientras preparaba su intervención en el Centro Cultural de Aiete, el pasado viernes día 15.
‘Vais a disfrutar de una excelente película, un prodigio de talento, un film fascinante que trasciende la comedia y se convierte en un alegato contra la estupidez y la barbarie nazi!
Una comedia, una película de intriga, comedia negra, una sátira contra el Nazismo, todas estas cosas reúne este film.
Y así fue, nos pasamos la peli entre la sonrisa y la abierta carcajada, un humor que era una carga de profundidad contra el terror, no exenta de suspense y de una magníficas interpretaciones, especialmente de los actores secundarios, quienes convirtieron una película buena, en otra excelente.
El film arranca en 1939, con la invasión de Polonia por la Alemania nazi
Los actores principales lo bordan: Josef Tura (Jack Benny) -en su doble papel de ridículo marido, actor principal de teatro o profesor Siletsky, un espía al servicio de la Gestapo- y su bella esposa, María (Carole Lombard).
Y los secundarios están sencillamente geniales. Bronski (Tom Dugan), ridiculizando a Hitler. O Greenberg (Felix Bressart) cuando revela que siempre ha sido su sueño interpreta a Shylock, el del ‘El mercader de Venecia’ (William Shakespeare), en el famoso monólogo
‘¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?’
O el joven piloto y apuesto teniente Stanislav Sobinski (Robert Stack) con los los equívocos en trono a Josef Tura y María
Sig Ruman absolutamente impagable en el papel de ‘campo de concentración Ehrhardt’.
La ayudante del camerino, cuyo nombre desconozco, estuvo magnífica.
Y Rudolph Maté, director de fotografía, que iluminó algunos primeros planos sublimes y que pasó más desapercibido en forum.
Los asistentes aplaudimos la presentación de Garmendia pero, sobre todo, aplaudimos a rabiar cundo en la pantalla apareció la palabra fin.
Fue una hora y media para recordar.
En el debate hubo intervenciones que no podían entender la noción de burlarse de la crueldad nazi (Por cierto como sucedió en su estreno en 1941).
Nos informó el presentador que algunos criticaron a Lubitsch, porque consideraban que la película no era de ‘buen gusto’. Se escribía en contra de frivolizar con el bombardeo de Varsovia.
Otras críticas, sin embargo, fueron positivas: Una de las mejores producciones Lubitsch, una pieza sólida de entretenimiento, una comedia-drama absorbente de tiempo de guerra…
Lo cierto es que la acción tiene a uno en suspenso, tenso en todo momento, y y el diálogo y el gesto mantuvieron a los asistentes en una risa casi constantemente.