Indignación en la vecindad del Alto de Errondo


Mosqueo y enfado también en la zona de Etxadi del barrio de Aiete
Son años de reuniones con el ayuntamiento, de comunicación, de información privada y pública, sobre el riesgo de un desprendimiento en la subida al Alto de Errondo. Pues bien, como sabe -ahora- todo el mundo, un formidable derrumbe ha tenido lugar y ha cortado completamente la carretera.
Afortunadamente no se han registrado heridos pero el daño material y moral a la vecindad del barrio es bestial
La carretera permanecerá cerrada al tráfico, las líneas 23 y 32 de Dbus se ven obligadas a dar un gran rodeo, afectando a toda la vecindad de Aiete, y tampoco sabemos el tiempo que se tardará en abrir una vía peatonal
Por enésima vez aparece la evidencia: vivir en un barrio alto otorga menos derechos a la ciudadanía, algunos tan fundamentales como el de la movilidad, se limita el derecho al trasporte público y al uso de la bicicleta, pero se mutila el más elemental de todos, el derecho a vivir, a moverse de un lado para otro, a poder ir al trabajo o a la escuela. No es una exageración, la vecindad del Alto de Errondo, en algunas ocasiones, se ve obligada a utilizar el taxi para poder ejercer obligaciones ineludibles.
Se avisó una y otra vez que la ladera del camino del Alto de Errondo podía desprenderse. Se fortaleció la zona de monte cuando se cambiaron las instalaciones de la antigua ‘fábrica del Gas’, en Morlans, por los actuales servicios; pero la zona que ha sufrido el alud, la utilizada por la vecindad para subir y bajar desde la clínica de San Juan de Dios, no se tocó. Se ampliaron las aceras, se protegieron barandillas hacia Amara, pero la ladera se ignoró y ahora se ha creado un atasco monumental que impide a la vecindad salir del agujero en este alto de la ciudad.
Para colmo sobre el ‘Atajo’ que podía permitir bajar, andando, hacia Anoeta, el ayuntamiento ha tomado la decisión, no sólo de no hacerlo más amable y transitable, como piden los usuarios del camino, sino cerrarlo, impedir que la vecindad baje o suba por él. Si se hubiera acondicionado este ‘Atajo’, al menos, se podía llegar a la zona de Amara y al polideportivo Anoeta.
Una vez más han den ser los vecinos, la ciudadanía, quienes asumen tareas de responsabilidad para que la ciudad no se pare, para que las arterias que le dan vida sigan funcionando. Da la impresión que los ediles están en las nubes y el precio que pagamos todos es demasiado alto.

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