El Bosque de Miramon en la inicitiva de ‘baños de bosque’ del Gobierno Vasco

Si va hoy al Bosque de Miramon cierre los ojos. Olvídelo todo. Deje el móvil y el reloj en el coche, los problemas en un cajón y el trabajo en la oficina o el taller. Es el momento de respirar. Hágalo también mientras lea estas líneas. El único objetivo es sentir. Imagínese en el Bosque en una vaguada alta de la ciudad. Sienta su olor en un entorno rebosante de plantas, después de un invierno y una primavera más que generoso en lluvias. Utilice el tacto para descubrir la textura de las hojas que le envuelven. Roble, fresno, avellano. Si las muerde, descubrirá el sabor de la naturaleza. Escuche el sonido de las tres errekas que lo recorren -Pakea, Manda, Errotatxo-, los pájaros. Si se está muy relajado y en silencio es posible oír incluso el aleteo de las libélulas… ¡Ábralos todos lo sentido! Es la hora de los baños de Bosque.
Algunas personas lo han hecho hoy. Aiete-Miramón, once la mañana del festivo san Ignacio, después de una agradecida lluvia, todo parece un despilfarro de buen tiempo.
‘Los cuidadores de los terrenos forestales’
El Gobierno vasco ha puesto casi 100.000 euros en manos de la delegación vasca de la Unión de Silvicultores de Europa para desarrollar una red de rutas de ‘Baños de Bosque’ por Euskadi. La iniciativa, que financia al 100% el Departamento de Desarrollo Económico, pretende poner en valor el trabajo de los forestalistas por el cuidado de los montes de Euskadi y su aportación al Medio Ambiente.
No es la primera vez que escribimos sobre este asunto en la web de Lantxabe. Citábamos a los japoneses, inventores y promotores de esta iniciativa, sólo le ven ventajas económicas, de ocio y para la salud.
Como escribimos entonces, los baños de bosque son una práctica terapéutica de origen japonés, llamada Shinrin yoku, que consiste en completar un recorrido guiado por un entorno forestal para conectar con la naturaleza. Algunos se abrazan a a los árboles, para todos se trata de simplemente de sentir. El bosque es un espacio lleno de olores, colores y sabores, el lugar ideal para gozar de los cinco sentidos
Caminar en silencio, respirar con profundidad y estar atento a lo que cuentan la naturaleza y su infinidad de habitantes permite, según dicen los japoneses -que llevan 36 años bañándose en el bosque-, rebajar el estrés físico y emocional, la ansiedad, el insomnio y lograr, entre otras muchas ventajas, un mejor control de la obesidad y la diabetes.
El Bosque de Miramon podía ser la ruta elegida para el viaje inaugural en el País Vasco, de tres kilómetros y medio, discurre por un idílico bosque atlántico poblado de robles -especialmente en el de Erramunene y Errotatxo-, avellanos, fresnos y alisos. Son tres kilómetros y medio una ruta sentida que en el inmediato futuro deben jalonar los bosque de toda Euskadi, y no sólo los de Biskaia
‘Los juegos de bosque’
Cerrar los ojos e introducirse en el bosque. Respiraciones profundas. Hay que escuchar a los pájaros, el río, sentir el cuerpo.
Cojer un palo. Se trata de andar lentamente y observar qué sucede.
La ‘foto’: Un helecho. Uno lleva a otro con los ojos cerrados hasta un punto. Le pide que los abra y lo fotografíe. Luego al revés y se comparte la experiencia.
No hay que correr, menos apurarse, ni siquiera andar a paso ligero, que esta vez no se trata de hacer ejercicio. El objetivo es liberar la mente y llenar el alma. Dejar en casa el teléfono móvil y el reloj. Traer solo los cinco sentidos.
Caminar lento y en silencio para observar, tomar una foto imaginaria de un detalle del bosque, identificarse con sus elementos y compartir la experiencia con los demás forman parte del juego.
Se ha utilizado como base un artículo de Fermín Apezteguia en ‘El Correo’
31 julio 2018

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