Emaus y Coro Easo, centrales de Aiete

Gorka Miranda, al frente de la Escolanía del Coro Easo y del Festival Coral de Aiete (Aiete Eraikiz, Aiete Kantuz), se preguntaba esta mañana, en el Centro de Inclusión Social de la Diputación, gestionado por Emaús, en la Goiko Galtzara, cómo es posible que ‘viviendo’ tan cerca, hayamos ignorado este Centro, en el que habitan personas de tanta calidad social.
Un equipo humano dedicado a sacar adelante a gente en situación de exclusión social, que les vienen prestando una atención desde hace más de un lustro, dándoles un acompañamiento individual, con un enfoque integral: ocupacional, educativo, terapéutico y de inclusión socio-laboral.
Gorka reflexionaba (y nos daba una lección -al menos a la gente de Lantxabe-) ‘Era todo tan sencillo, había tanto que compartir entre esas personas y los niños, que se sorprendió de no haberlo intentado antes. Los mayores aportan su saber hacer, su experiencia y su ingenio. Los niños, como esponjas que son, absorben una realidad social que combina la mirada a las capas más desfavorecidas de la sociedad con la sostenibilidad’.
Gorka charlaba así con Arantza Suberbiola, dinamizadora del centro de día y residencial de Munto; con el trabajador social, Edorta Mendiola, responsable del centro Munto gestionado por Emaús y conmigo, responsable de Lantxabe.
Para los usuarios, dice con fe Arantza, con entusiamo, ésta es una experiencia muy enriquecedora que asumen con un enorme sentido de la responsabilidad. Los usuarios del centro se sienten ahora protagonistas
Edorta está convencido de que este y otros proyectos de barrio puede aportar mucho a los residentes. El, con sus compañeros, trabajan la participación comunitaria, que va mucho más allá del itinerario individual que sigue cada usuario de este centro. Vemos que es algo que mejora su calidad de vida. En este caso concreto lo más interesante es que se está dando rienda suelta a las ideas de niños y mayores
Edorta me había enseñado el centro, de arriba a abajo. Me decía -y pude comprobar- que reunía todas las mejores cararterísticas de habitabilidad, luminosidad, confort, intimidad, bienestar individual y colectivo, porque se habia podido construir desde cero, de abajo a arriba.
Habitaciones individuales y cómodas. Miradores en cada planta, claraboyas con mucha luz, uno de los miradores a toda la zona de Munto y Otxanda. Recepción, planta comedor, terraza hacia la parroquia, dos semisótanos con talleres ocupacionales, hoy destinados a taller de sastrería y cajas de cartón, para las óperas en las que se esfuerzan las chicas y chicos del Coro Easo.
En el comedor del centro, el descanso y almuerzo de las personas que están en el centro y el de las chavalas y chavales que manipulan las cajas
Mientras hablamos y conocemos el centro por dentro, hemos ido desgranado las múltioles formas de colaboración que se abren entre el centro y el barrio
Fiestas: Elaboración de cabezuros; mecadillo y talleres de confección; otras
Olentzero: creación del carbonero, eximiendo de esa responsabilida a la Aiete Ikastetxea, restauración de los cabezudos de Katxola
Visitas a Katxola y al Bosque de Miramón de las personas del centro
En los talleres de costura hemos visto creaciones de gran valor. Hemos hablado con Iñaki Huici, mientras cortaba la tela para preparar la ópera. Y con las niñas y niños que hacían tiras que simularán las algas o las botas de los personajes fantásticos. Por allía andaba Vicky Mateos y otros internos del centro.
La obra que preparaban es Itsasotik eskolara. Se trata de una representación de ‘Los cantos del mar’, de R. Calmel, un compositor francés de la primera mitad del siglo XX. Con un lenguaje moderno y textos elegantes, la ópera trata sobre las peripecias de una niña que adora el mar (de ahí las algas y las botas especiales) -¡Y qué simbolismo!- “como algo que une, que da vida” y no que separa continentes.
En las plantas semisótano, hemos podido ver también los trabjos de restauración de muebles típicos de los centros ‘Emaus’
En la recepción se nos han mostrado fotos de cabezudos -muy bien trabajados- que se hicieron para las fiestas del antiguo
Hemos estado con las valiosas personas que están en la dirección y gestión del centro, y también de las personas que ahora están en la fase de inserción, todas ellas muy positivas.
Quizás -seguro- que su silencio forzoso y su ocultamiento en el barrio, se debió al mal recibieniento que el Centro tuvo en Aiete ¡Que se vayan a Alza! Se decía. Pues bien, aquí están, aquí se quedaron y son una ventura para Aiete. Hemos sido vecinos sin saberlo. Aunque más tarde de lo debido, hemos descubierto un gran potencial para Aiete
Mientras Gorka, Arantza, Edorta y yo charlamos en la puerta, hemos visto entrar y salir a estos usuarios, sus horarios son flexibles y abiertos durante un amplio abanico de horas de atención diurna, tienen el máximo grado de autonomía para favorecer su inclusión social. A uno de ellos le he vuelto a ver en ‘La Otxanda’, charlando con un vecino
Gorka Mirando ha tenido el enorme mérito de ser el primero en darse cuenta de esto que ahora vemos nosotros y, con su alma de artista y militante social, ha visto que la Quincena musical les ofrecía a ambas colectivos, la Escolanía del Coro Easo y a las personas del Grupo Emaús Fundación Social, las posiblilidades de crear una Quincena verde, que apuesta por el reciclaje y una Quincena social, que nos brinda la posibilidad de crear con personas en riesgo de exclusión. El Grupo Emaús no solo trabaja la economía sostenible sino que hay una inmensa labor social detrás.
Gorka, a través de la quincena musical ha hecho posible tender puentes entre dos mundos, aparentemente tan diferentes, pero que interactúan, que parenden unos y otros, y desde luego aprendemos la gente de Lantxabe
Ahora en términos de sostenibilidad creativa, de lo que pudieran aportar los niños del coro y los usuarios del centro Munto, la vecindad de Aiete tenemos la oprtunidad de dar otro paso más en términos de experiencias que el Centro puede trasmitir al barrio
Desde la barandilla de entrada se ve como las chavalas y chavales van sacando las cajas de cartón, Gorka nos explida que las han dado la vuelta para hacer invisibles las marcas publicitarias que llevan las cajas. Una de ellas estaba sin hacer y ha sido devuelta al taller. Buena parte del material reutilizable lo han traído los menores tras bucear en los trasteros de sus domicilios.
Luego la Escolanía, con Gorka -y con muchas cajas- al frente, han llevado todas este material a la sede de Araoz, son 400 m, que la chavalería ha recorrido entre risas, cargados de contagiosa felicidad
¡Vecindad, bienvenida al realismo mágico!

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