Setenta niños del Coro Easo brillaron ayer en el Victoria Eugenia, con ‘Itsasotik eskolara’, una obra sostenible e inclusiva de la Quincena Musical
«Un espectáculo de niños para niños». Así fue. Ellos fueron los indiscutibles protagonistas ayer en el Teatro Victoria Eugenia, en el escenario y entre el público. Hubo lleno absoluto para ver el estreno del espectáculo ‘Itsasotik eskolara’, dentro de la jornada infantil de la Quincena Musical Verde. Setenta niños de la Escolanía Easo y Araoz Gaztetxo Abestatza intervinieron en las dos obras musicales de formato operístico, bajo la dirección de Gorka Miranda, director de los coros infantiles y juveniles de Easo. «Ésta es nuestra ópera creada desde cero», repetía más de uno de los niños protagonistas. Y es que han participado en todo el proceso de creación, junto con Emaús.
Y una ópera, por tanto, creada desde Aiete
Precisamente, residentes del Centro Emaus de Aiete y parte de los protagonistas daban la bienvenida al público, megáfono en mano, en el mismo Foyer del teatro. Nada más entrar y bajo un sonido que emulaba burbujas de agua, un escenario ya iluminado recogía una gran pecera hecha a partir de redes de mar. Era la escenografía de la primera obra, ‘Los cantos de mar’, de Roger Calmel realizada en castellano que duró 19 minutos.
Su protagonista es una niña (Lorea López) que ama el mar, lo ve como «algo que nos une» y en un viaje a través de él, se encuentra con unos marineros que, enfundados en chalecos hechos con redes y cuerdas, le advierten de los peligros del mar. Tanto que, en medio de esa situación, la niña es engullida por un pez, que no es sino dos sacos gigantes de plástico moldeados por los propios niños. Gracias a la ayuda de una caracola, conseguirá salir de ese embrollo y en su periplo por volver a la ciudad, se topará antes con otros personajes: una banda de gaviotas, realizadas con hojas de partituras viejas en desuso; o con el pequeño Manex Artola de 8 años, que hace el papel de reparador de estrellas fugaces.
De París a Emaús
La escenografía y el vestuario, hechos a partir de materiales reciclados, fueron dignos de admiración. Mención especial merece el traje de la protagonista de esta primera obra, la niña del mar, cuyo vestido -ver foto de Sara Santos- fue hecho por Pascal Roger, quien hace años trabajó en talleres de alta costura de París y que, por circunstancias de la vida, ha recalado en Emaús. «El grado de mimo de este traje es alucinante. La botonadura está hecha con conchitas cogidas en la playa», reconocía Miranda. Un niño sacaba al escenario a un emocionado Roger al final del espectáculo.
La excelente labor de los cantantes, que además realizaron un gran trabajo actoral, convirtieron ‘Los cantos del mar’ en un verdadero éxito. Los familiares de estos jóvenes artistas, con edades entre 7 y 17 años, y el resto de los niños que se encontraban entre el público ovacionaron con ganas durante varios momentos de la actuación.
Lo mismo ocurrió durante la segunda ópera en euskera, ‘La maestra de la escuela’, que duró 35 minutos. Esta cantanta cómica cuenta la historia de una profesora un tanto pedante, protagonizada por Carmen Artaza, que trata de impartir una clase de música a los rebeldes alumnos de su clase. En este caso, el elemento central, y casi el único, fue el cartón. Los más pequeños fueron recogiendo durante los meses anteriores cajas de cartón, las llevaron al centro de Emaus en el barrio y, con ayuda de los residentes, tuvieron que dar la vuelta a todas para camuflar la publicidad. La profesora se despierta en su casa de cartón, se da cuenta que llega tarde e, histérica, corre hacia el colegio donde se encuentra a sus 17 alumnos dentro de otras tantas cajas de cartón.
La tarde terminó con un momento emotivo. Al final de la segunda obra, la pequeña Ane Herrero, de 9 años, salió a escena, aupada por un grupo de compañeros, para cantar la última canción. Y es que hace una semana, Ane, que «había trabajado como la que más», se rompía una pierna. Brilló la creatividad, la imaginación, la pasión de unos niños que, a pesar de que tuvieron que ensayar todos los días de agosto excepto uno, disfrutaron e hicieron disfrutar al público.
Eskerrik asko a todos
Tomado de un trabajo de Jaione Alonso DV San Sebastián.
22 agosto 2018
Después de estar Gorka Miranda, durante casi dos años, devanando la idea de un espectáculo para niños, creado y realizado por niños, ayer llegó al Victoria Eugenia, una producción musical de la Escolanía Easo y el Araoz Gaztetxo, utilizando todo tipo de materiales reciclables con la colaboración de la fundación Emaús (ubicados ambos en el centro del barrio de Aiete), elaborado por los propios miembros de ambos coros y sus familias, dando de esta forma una lección de ecología práctica a través de la música y el espacio escénico. Fue un espectáculo aleccionador, preciosista, de remover conciencias. En una palabra: la repera. La grey infantil y juvenil del Easo estuvo impecable. Se predicó el ejemplo con un producto muy exportable.