Obras escultóricas en Donostia; la ‘Toka’ en Etxadi (Aiete)

El derecho a la monumentalidad esta reclamado en la ‘carta de ilusiones y derechos’ fundacionales de Lantxabe -año 2002-; derecho del que que deben disfrutar todos los barrios de la ciudad.
Pues bien varias son las obras escultóricas que adornan Aiete. 
La última escultura ‘plantada’ en Etxadi, en el Paseo de Aiete, fue la TOKA, de profundo significado simbólico.

En la ciudad más  de un centenar de obras escultóricas adornan las calles y plazas, desde el mítico ‘Peine del Viento’ hasta el ‘Sonido del Txistu Popular’, figuras de toda clase de estilos.
Entre ellas reivindicamos que se nombre la citada ‘TOKA’, obra de Jadiku, que sólo  queda identificada indirectamente, en un reciente reportaje de Gorka Martinez, publicado en un periódico de amplia difusión en San Sebastián
Donostia está habitada por una larga lista de esculturas de toda condición. Más de un centenar de formas y volúmenes, tanto humildes como de artistas de renombre internacional
Jadiku es una artista local, tiene obra en otros puntos de la ciudad, como en Añorga Txiki; esculturas protagonistas del paisaje urbano, y que no pasan desapercibidas para la gente, aunque sí para las autoridades en el turismo.
‘El marco incomparable’ es el recorrido más frecuentado por los que visitan Donostia, pero el turismo institucional debe reconocer que existen otros ‘marcos’ preciosos en la ciudad, como son el Bosque de Miramon, el ‘espacio Katxola’ o el parque cultural de Aiete, en cuya entrada, desde Etxadi, está esta preciosa, y valiosa, escultura TOKA.
La más popular de todas las esculturas de Donostia puede ser ‘El Peine del Viento’ de Chillida que se encuentra al final de la playa de Ondarreta. El escultor donostiarra también es el autor de otras dos creaciones que se encuentran frente al mar, como el Monumento a Fleming, al principio del paseo de Miraconcha, y el Abrazo, cerca del Pico del Loro. El frente marítimo alberga también dos célebres piezas como la Construcción Vacíade Oteiza, en el Paseo Nuevo, y la Paloma de la Pazde Basterretxea, en Sagüés.
Estas esculturas pueden ser las más representativas de Donostia, pero la ciudad disfruta de otras muchas más. No es de extrañar encontrar obras en homenaje a personas que son famosas; como decimos, la Toka de Matxain, tiene un valor simbólico muy importante para los aitearras que son una parte activa de Donostia.
Tenemos otros ejemplos de ‘monumentalidad sencilla’ distribuidos por la ciudad. Unos meses antes de inaugurar la ‘Toka’, el 8 de marzo se ‘plantó’ un monumento Homenaje a Clara Campoamor en la plaza con el mismo nombre frente a La Perla. Otro escritor que tiene una escultura en su honor es el donostiarra Pío Baroja. El busto, obra de Victorio Macho, se sitúa en la calle Okendo haciendo esquina con Reina Regente
José Lopetegui Goikoetxea talló dos figuras que representan dos pasiones para la ciudad: Raimundo Sarriegui y Alberto Ormaetxea. El primero, autor de la Marcha de San Sebastián, cuenta con un busto en la plaza que lleva su nombre en la Parte Vieja. El que fuera entrenador de la Real bicampeona de liga, Alberto Ormaetxea, cuenta con un monumento en las afueras del estadio de Anoeta desde 2006. Pero existe una tercera figura, obra de Lopetegui, se trata de un busto de Manuel Matxain que se exhibió en la exposición dedicada al bertsolari y deportista vasco en la casa de cultura de Aiete, durante la primavera del pasado año.
La escultura TOKA está entre las obras culturales visible y esperamos que el próximo 12 de octubre tendrá su placa identitaria y el barrio lo celebrará, estamos seguros.

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