Tomamos el titular del Diario Vasco, sección ‘Zoom Forográfico’, fotos de Pedro Martínez
El periódico se edita hoy domingo y este encabezado no puede ser más simbólico y representativo de los sentimientos y compromisos de los recolectores de Katxola, tanto de los participantes como de los organizadores. ‘El amor por las cosas que crecen’ clava el sentido y razón de ser de todos ellos. De las familias que cuidan a sus hijas e hijos y de todos los que nos paramos para ver crecer a las manzanas
Empezando por el aitona de Jaen que llama para saber si para ‘la recogida de Manzana’ del caserío Zabalegi, es necesario inscribirse
Tiene interés en asistir con sus dos nietos, de 2 y 4 años, y con su hija. Esta nacida en Jaen pero domiciliada en el Antiguo. El ha venido para ayudar en la ‘fase de adaptación’ escolar de su nieto pequeño, porque el aita del peque tiene que ir al trabajo.
Decía el abuelo de Jaén que la familia es de mucho interés por el contacto de sus nietos con la naturaleza. Y la mañana se presentó ideal para este objetivo.
Por su parte Eneko suele manifestar también que las fiesta que tiene más éxito de convocatoria son aquellas pensadas para las peques. La fiesta de la manzana forma parte de la regla. Las criaturas son las protagonistas, en la recogida y en los juegos que ellas mismas organizan en las campas de manzanales y en los alrededores del frontón, y que con tanta agudeza ha visto el fotógrado del Diario Vasco
Otras familias vinieron convocadas por alumnas de la Aiete Ikastetxea y el aprendizaje en Katxola el pasado martes. Aquellas niñas y niños, y sus andereños y maixux, escucharon decir que ellas, las esculeas, el aprendizaje escolar, la relación de escolares con el mundo rural y sus tareas, le dan la última y más importante razón de ser a Katxola
Y con estas personas que crecen todos disfrutamos con el trabajo de ‘agacharse y volverse a agachar’ para capturar las manzanas del suelo, que es duro cuando se hace asalariado, pero que es gozoso cuando se construye en familia, en cuadrilla, en ‘trikitixa’. La presencia de trikis, panderos y flautas, animó más el cotarro. La recolección se acabó pronto.
Fuimos recibidos por dos personas muy apreciadas por la gente de Lantxabe, Kakun Orbegozo, directora de proyectos, y por Amalia Virto Olazabal, directora de zonas naturales de Kutxa-Ekogune
Pedro Martínez, el fotógrafo del DV, nos pidió hacer una foto del grupo que se había concentrado a las 11:30. Minutos después fueron sumándose nuevas familias, hasta completar en torno a unas 70 personas. Un número muy importante teniendo en cuenta el no muy conocido acceso al paraje.
Kakun y Amalia, dieron la bienvenida -el ‘Ongietorria’-, a la cuadrilla de recolectoras y recolectores, poniendo énfasis en la seguridad de las numerosas criaturas; en Kakun y Amalia vive el recuerdo de la trágica experiencia sufrida meses atrás.
Una vez más Angel, Juan Carlos, Peio, Ana, Marian, José Luis, Manolo tenían todo preparado y bien txukuna.
Mesas, cubiertos, sidra de Katxola y agua fresquita, para el aperitivo y para los niños, en el frontón.
Preparadas y tentadoras las kiskitzas -con la recomendación de que cada criatura tuviera un adulto a su lado, en el caso de que los pequeños, manejaran este alargador-.
Había menos manzanas que otros años, pero igualmente lucientes. Los cosecheros que les dieron un ‘tarisco’ afirman que su sabor es excelente, chispeante.
Las personas recolectoras y las familias en general se fueron desplegando por las hileras ordenadas de manzanos. Es un dicha ver a la chiquillada con su kiskitza, como cogen manzanas con sus manitas y con su conversación, con sus preguntas.
Los cestos fueron llenándose rápidamente y desplazados al remolque, que Joseba Larrea pone al servicio de la cosecha. Joseba es un gran artífice de esta experiencia integral de cultura material asociada a la sidra del caserío Katxola, que nunca sale en las fotos
En el remolque Sabas Agirretxe iba seleccionando y desechando las manzanas inservibles. Entre él y Juan Carlos preparaban bolsas para cada familia y persona asistente.
Menos manzanas y mas recolectores, igual a menos tiempo de recolección, y menos cansancio y más ganas de amaiketako.
Y este fue otra sorpresa. Habíamos quedado que cada persona y cada familia trajera su ‘bokata’ y nos encontramos que se reportaban tortillas enteras, bandejas de embutidos, fuentes de dulce de membrillo, pan de diversas formas de elaboración (Erdozia, una vez más, detrás de esta generosidad) .
Otra sorpresa fue la sidra. La de Katxola está consiguiendo niveles de calidad a prueba de etnólogos. Predominan el sabor dulce, pero tiene su propia chispa y hay muchas personas que les gusta más la sidra tirando a dulce -confesaba uno de los aitas que a él le da apuro decir que se parecía un poco al sabor de la sidra asturiana y que le gusta así- Por su parte los ‘sidreros de Katxola’ están muy orgullosos y dicen siempre que es una sidra 100 % natural
Las trikitixas contribuyeron a crear un ambiente muy gratificante, soberbio. En la triki, Izaskun; en los panderos, Ainhoa y Lourdes; en la flauta, Ana. Pero Ana y Lourdes son polifacéticas, las mujeres más activas de Donosti, y lo mismo interpretaban que bailaban.
Y la dantza, la música, el buen ambiente se apoderó del frontón hasta la hora de cierre, las 13:30
En esta época de incertidumbre se pueden organizar acciones que consiguen llevarnos a la felicidad pública. Es una consecuencia del amor por las cosas que crecen
Eskerrik asko denoi.