El barrio se asocia con expansión urbanística y escolar, con implantación de nuevas urbanizaciones, de nuevos equipamientos públicos y de mejora de servicios, con cambios en su fisonomía y en su vivencia. Hoy toca escribir sobre el ‘subidón’ festivo que ha tenido lugar en estos dos últimos fines de semana.
Uilizando la metáfora del desarrollo humano, Aiete estaría ahora en plena adolescencia, creciendo por todas partes y rompiendo las costuras y correajes que le impuso el modelo de desarrollo ultraurbanístico, con la leyenda urbana de ser un barrio dormitorio y un barrio de ricos. Detrás de ese modelo está el enriquecimiento de los de la ‘cultura del ladrillo’.
A golpe de chequera se trasformó un barrio rural en otro metropolitano, con viviendas por todas las esquinas, cero respeto por los caseríos y otros elementos que identificaban el barrio y ningún equipamiento público.
El desarrollismo en Aiete es un fenómeno post-franquista, pero igualmente depredador. Todo al servicio del capital especulador, negación de todos los derechos de ciudad, y lo que es peor, la conducta de pillaje ha acompañado a algunos nuevos, y antiguos, moradores del barrio, a los más pudientes o a los que hicieron negocio, a ellos les parece bien que el barrio no se toque y están en contra siempre de cualquier aspecto del progreso. Para estas personas ‘Casa de Cultura’, ‘Escuela pública’ ‘Avenida de Aiete’, ‘Bidegorri’, ‘Ascensor’ ‘Movilidad sostenible’ ‘plaza de Munto’ ‘Fiestas populares’ son blasfemias. Y en ese parecer se han basado los gobiernos municipales para ‘dar largas’ a los proyectos que, a iniciativa ciudadana, se han visto obligados a aprobar pero que tardan años en poner en práctica. En la actualidad es el caso del bidegorri, pero el ambulatorio lleva el mismo camino.
Sin embargo la fuerza, la vitalidad, la curiosidad, la imaginación, las ganas de libertad y de conquista de derechos de mucha gente de Aiete es muy grande. La fusión entre el viejo barrio y el nuevo es imparable.
Y las recientes fiestas de Aiete han sido el último, quizás el mejor, ejemplo.
Siguiendo con la metáfora; si la adolescencia es imparable, si es la etapa que marca el proceso de transformación de niño en adulto; la adolescencia de Aiete, le ha llevada de ser un barrio en mantillas y manipulable, a otro medrado y seguro. Aiete vive un periodo de transición hacia una entidad ciudadana plenamente desarrollada; queda mucho por hacer, pero ya no está en pañales, y hay gente en el barrio soñando el futuro. El activismo de muchos de los protagonistas en la organización, mantenimiento y desarrollo de estas fiestas son una muestra y una esperanza
El barrio de Aiete también está recostruyendo su propia identidad, manteniendo los lazos con su leyenda agraria y campesina. Y una vez más las fiestas han sido un recurso de divertida y deportiva reivindicación: El decano y recuperado espacio festivo Jolastoki dio cabida a festejos populares para niñas, niños y jóvenes, pero también alberga un renovado Bolatoki en el que el sábado participaron los mejores bolaris -30 jugadores- de la provincia (III trofeo Manuel Machain). Esa misma mañana se celebró un campeonato de Toka en la nueva plaza de Munto. Y por la tarde la final de pelota pala en el frontón ‘Miguel Gallastegi’ de Miramón. El remate fue el concierto de Cum Jubilo en el Teatro Miramón -homenaje a Juan Izeta- y la romería en el caserío Katxola, uno de los pocos que se ha mantenido por la actuación decidida de la vecindad en su defensa.
En esa construcción de barrio –Aiete eraikiz- han contribuido el desarrollo de actividades culturales en Katxola, después en el Topalku y ahora en la conquistada Casa de Cultura; el concurso de ideas para el diseño de la nueva plaza de Munto, o en el reconocimiento de la figura de Manuel Machain, el plaza-gizon más representativo del barrio
Las fiestas han sido un palmaria demostración de la originalidad de Aiete, un barrio que alberga multitud de familias jóvenes, que ven en ellas una forma de implicación divertida y educativa para sus criaturas. Las jaiak gozan de una amplia participación y respaldo
En resumen, Aiete mientras aumenta su estatura, su talla, ensancha iniciativas culturales, sociales, lingüísticas, deportivas, asociadas a su propia fisonomía social.
Las fiestas han sorprendido a todo el mundo por el respaldo masivo. El buen clima ha ayudado, pero el mérito está en la vecindad que ha animado las fiestas, en los comercios y otros que se han sumado con su apoyo, y en las personas que se han volcado en la organización y animación en cada evento.