El pasado sábado en Katxola y el festival coral que se prepara en Aiete

La fiesta de la manzana en el caserío Katxola, celebrada el pasado sábado, comenzó con la llamada de la Txalaparta y finalizó con los sonidos de la triki y la percusión del pandero, en algunos momentos acompasando con el golpeteo del complejo artefacto del tolare de Katxola (Motor, poleas, rueda, pisones, engranaje)

En Katxola, y en los caserío-sidreros del País Vasco, la música y especialmente el ancestral instrumento musical de la txalaparta esta íntima y estrechamente unido a la fiesta de manzana.

Juan Carlos, Angel, Ana, José Luis, Peio, Manolo,…suelen explicar que “Antiguamente, cuando en los tolares se acababa la labor de la elaboración de la sidra se solían utilizar las tablas de madera y los palos cilíndricos para prensar las manzanas a modo de instrumento de percusión. Con el ritmo repetitivo que lograban golpeando las tablas con los palos se realizaba una llamada a los vecinos de los alrededores para que acudieran a la fiesta y a la degustación de la sidra. Por la onomatopeya que producía el sonido rítmico que de él surgía, a este instrumento de percusión se le acabó llamando kirikoketa” Txalaparta y kirikoketa son instrumentos que surgieron en el ambiente de la sidrería.

En Katxola se ha incorporado otro instrumento musical que protagoniza las fiestas organizadas en el caserío. Acordeón diatónico y pandero, trikitilaris y panderojotzailes de la Escuela de Música, con Maider Lasa como incansabele profesora, son los encargados de amenizar con su música y canciones populares vascas a las cuadrillas de amigos que se acercan al caserío a disfrutar de esta fiesta, ver como se hace el mosto, y brindar con él, consumir sidra de la temporada pasada -por cierto de excelente sabor-y pasar una velada agradable en el caserío.

San Sebastián, Aiete, son cuna de innumerables corales, agrupaciones vocales u otxotes, y el pueblo vasco es un pueblo muy aficionado a cantar en cualquier tipo de reuniones sociales, por lo que las sidrerías no son una excepción a esa afición por el canto. El sábado en Katxola, al son de la trikitixa, los allí reunidos cantaron a viva voz. El ambiente de Katxola hace cantar y bailar hasta al cliente más vergonzoso.

Aiete prepara su primer festival coral, ‘Aiete Kantuz’, que se estrena el viernes día 26 en el teatro Miramon y finaliza, por supuesto, con la sidra del caserío Katxola

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