Sábado, 10 noviembre 2018,
Nadie discute que el ‘anfiteatro’ de Miramon -denominación errónea porque en realidad tiene forma de teatro griego- está infrautilizado. Las distintas reivindicaciones para que se le dé un mayor uso vienen de lejos, prácticamente desde que se construyera a finales de los años 90. Desde entonces no se ha sabido encontrar un uso que haga justicia a este espacio, capaz de albergar a más de 3.200 personas sentadas en sus gradas. Algún que otro concierto, espectáculo e incluso clases de yoga se han dado cita aquí, pero poco más.
La regeneración del bosque de Miramon, que culminó el año pasado, parecía que podría imprimir un mayor atractivo a este espacio, destacado junto al caserío Katxola como una de las entradas principales a este gran pulmón verde de la ciudad. Pero no ha sido así. «Y es una pena. Realmente nos preocupa que siga en esta situación, olvidado», asegura Félix Pérez, presidente de la asociación de vecinos Lantxabe.
Los vecinos piden que se lleven a cabo más acciones que le den a este lugar mayor atractivo
El gobierno municipal no niega la mayor, pero recuerda que no son pocos los intentos que se han llevado a cabo por dinamizar este teatro que no han fructificado. El concejal de Cultura, Jon Insausti, explica que el mayor condicionante es la climatología. Para empezar, apunta, por la dificultad de poder garantizar la celebración de cualquier acto. El caso más reciente se ha vivido hace escasas semanas. El concierto coral de inauguración del festival, puesto en marcha con la colaboración de Donostia Kultura y el Coro Easo, por la asociación Lantxabe, no se pudo celebrar en el teatro por culpa de la lluvia y tuvo que ser trasladado al caserío Katxola.
Nota de Lantxabe: No sólo, ni principalmente por culpa de la lluvia, (no llegó a caer una gota en ese breve espacio de tiempo reservado para el concierto). La responsabilidad última recae en un técnico municipal que ‘no encontró la conexión eléctrica’ para hacer funcionar el piano que se necesitaba el concierto de la Araoz (coro Easo de mujeres). Hubiera sido la ‘bomba’ porque mucha gente -incluido el Alkate Jauna- había reservado la tarde para estar en la inauguración del Aiete Kantuz, inauguración que estaba programada precisamente en el Teatro de Miramón, como atractivo fundamental de este primer festival de canto coral.
(Información más detallada del incidente en estas mismas páginas)
Otro de los problemas es la accesibilidad, en dos vertientes. Por un lado, la que se refiere al tráfico rodado. Es una zona con pocas plazas de aparcamiento, lo que dificulta la afluencia de gente que se traslada en vehículo propio, algo habitual al tratarse de un barrio alto. Existen conexiones en autobús, pero no son las mismas que si habláramos de eventos en el centro o Illunbe. Además, hay que conocer la zona para llegar bien al teatro.
Por otra parte, está el tema de la accesibilidad para personas con movilidad reducida. La regeneración del parque ha mejorado este aspecto pero las propias características de las gradas, escalonadas sin rampas ni estructuras mecánicas, no permiten cumplir con las condiciones para que alguien en silla de ruedas, por ejemplo, pueda llegar sin problemas. El concejal de Cultura también señala que, en lo que a la producción y la logística de los eventos que se programan se refiere, tampoco hay facilidades, como por ejemplo en tomas de electricidad, «que no son las más adecuadas».
(¡Qué ironía la del concejal!)
«Y cuando se han programado actuaciones, debemos reconocer que la respuesta del público ha sido floja», añade Insausti, que informa que se seguirá tratando de dar uso a esta instalación» pero que hay que «ser realista y consecuente». En este sentido, recuerda que Donostia Kultura ya cuenta con sus espacios para desarrollar sus actividades, como los teatros del Centro o las casas de cultura. Y apunta que no hay intención de acometer mejoras de ningún tipo en este lugar, al menos a corto plazo.
Desde Lantxabe -que podía poner varios reparos a estas declaraciones de Insausti- recuerdan que el origen de este teatro era un muro de contención. «Pero el arquitecto de aquel entonces decidió darle un uso más estético y se le ocurrió la idea de crear esta estructura», recuerda Félix Pérez, que apuesta por que este lugar siga rezumando actividad. «El espacio tiene una sonoridad absolutamente maravillosa», asegura Pérez, que ha podido disfrutar de algunas de las pocas actuaciones que se han celebrado en este lugar (Organizadas por Lantxabe y sin apoyo municipal, como acabamos de ver)
«Sabemos que es difícil que esto fructifique pero estamos muy interesados, no somos escépticos y creemos que es posible». Una de las ideas que plantean es que algunos de los actos de la Quincena Musical o del Festival de Coros de Tolosa tengan cabida en este teatro y se le dé mayor visibilidad. «Y que aunque no se llene el aforo, consiga cierto empaque de público asistente», apunta el presidente de Lantxabe.
Preguntas sobre las opciones
El concejal Murguiondo preguntará en la Comisión cuáles son las razones o motivos por los que el gobierno municipal «no ha hecho nada para poner en valor el anfiteatro de Miramon». Asimismo, también le interpelará para saber «por qué no se programan actuaciones como conciertos u obras de teatro que pongan en valor este espacio único» o si tiene en mente alguna medida para sacarle más partido.
Nota.- Lantxabe viene programando toda esa serie de actividades pero son ignoradas por el concejal, como se puede leer y le devuelve la pregunta a Murguiondo; no por ‘zirikar’, pero alguna vez el PP ha sido gobierno en la ciudad, y ha sido interlocutor de Lantxabe en este punto, con nulos resultados. Que cada cual aguante su vela
PD.- Se piden disculpas a Soriazu por estas ingerencias en su excelente trabajo, quizás no sea de buen gusto haberlo hecho, sobre el propio artículo. La intención es positiva, contribuir a sacar a flote el Teatro de Miramon en la ciudad, como ya se ha hecho con Katxola y el Bosque de Miramon