Mikel Laboa es un patrimonio vivo para el barrio de Aiete y para toda Euskal Herria
Larunbat honetan, abenduak 1, hamar urte beteko dira Mikel Laboa sortzaile donostiarra zendu zenetik.
10 años han pasado desde el fallecimiento de Mikel Laboa. Fue aquel 1 de diciembre de 2008
En Aiete le teníamos y le seguimos teniendo muchísima simpatía y muchísimo cariño. Era ese vecino ilustre, al que se mira con admiración, sabiendo que su proyección en el tiempo, en el espacio, en lo identitario trasciende el barrio porque Mikel Laboa es un artista universal
Mikel, en aquellas ocasiones en las que tenía menos apreturas de agenda, los domingos por la mañana, acompañado de su cuadrilla, Hilario Urbieta, psiquiatra como él, José Mari ‘el butanero’ y otros amigos, hacían el amaiketako en el caserío-sidrería Munto que, aunque cerrado desde hacía años, ellos se habían ingeniado para tener unas llaves que les permitía hacer su tertulia en el antigua tasca si hacía mal tiempo o en la terraza si lucía el sol. Hilario cuidaba también de que las goteras no terminaran arruinando el caserío. Después del óbito de Laboa, el caserío Munto duró en pie poco más de una década. Algunas piedras y su plaza, dan testimonio de su simbólica existencia.
Mikel, algunas tardes, se reunía en el Munto-Berri con el dueño del bar (Iñaki), con el propio Hilario, Juanpe Sansinenea (”Hombre!!!! Mister Maikel Leibou!!!!) y otros vecinos. El autor, por mor de los reunidos, llamada a estas tertulias de taberna de barrio, ‘Terapia de grupo’. Recuerdos, sueños, de aquel hombre entrañable…
Mikel vivía, con su compañera Marisol Bastida, en la calle Doctor Marañón, como unos vecinos más. Pero nosotros le teníamos y le seguimos teniendo devoción, predilección, Laboa es una persona mítica como creador de cultura, de revolución, de canciones y como persona. Marisol Bastida ha publicado unas memorias de su vida con Mikel, absolutamente recomendables. -Varias de las fotos están tomadas de ese libro- Marisol sigue viviendo en la misma casa. Y queremos trasladarle nuestro afecto y amistad. (El pasado 5 de octubre estuvo con nosotros en la Casa de Cultura de Aiete para asistir a la película ‘Las diabolicas’ que presentaba su compañero de profesión y amigo, Jesús Garmendia)
Quisimos llevar a Mikel al caserío Katxola, hubiera sido feliz en ese ambiente doméstico, en ese entorno. El caserío empezaba a crecer; pero las posibilidades de escuchar en directo a Mikel Laboa eran cada vez más difíciles, incluso para un ambiente un poco más amplio que el familiar como hubiera sido el de Katxola.
Sentimos una gran frustración por eso, por no haber podido tener a Mikel en el caserío, tener y saborear la huella de Laboa -como tenemos las de Machain- en el caserío Katxola, heredero de tantas cosas de Munto.
Adoramos el Mikel Laboa sencillo, el neuropsiquiatra infantil, el médico cercano y afectuoso, además de que compartimos la admiración por ser el que impulsó la recuperación de la cultura vasca y el grupo ‘Ez dok amairu’. Citaremos sus nombres conocidos por todos: Mikel Laboa, Benito Lertxundi, Lourdes Iriondo, Xavier Lete, Julen Lekuona, José María Zabala, Luis Bandrés, Kepa Garbizu, Jesús y Joxean Arce y Juan Miguel y José Ángel Irigaray.
Laboa renovó y dio fuerza a las las canciones tradicionales, a la poesía, versionó temas antiguos.
Nosotros también le veíamos a Mikel como un bardo, como un poeta, como un rapsoda, como un vate de nuestro tiempo, pero también como un vecino que se juntaba a charlar con la gente del barrio
Laboa cantaba en euskera, en catalán, en castellano, en portugués, y creaba ‘lekeitios’, su pueblo de la infancia
No somos ‘de buten’ pero «Xoriek 17» se grabó en el año 2005, en la época en la que más le veíamos por la zona de Munto, y «Xoriek 17» es su personal homenaje a los a creadores que Mikel ha admirado desde siempre Georges Brassens, Violeta Parra, Vicent van Gogh, Franz Kafka, James Joyce, Billie Holiday, Atahualpa Yupanqui y Jacques Brel; autores que compartimos los que, en el barrio, nos rendimos a su afabilidad, sencillez, bondad y honradez.
De Atahualpa Yupanqui, cantaba en castellano, «Duerme, duerme, negrito» o «Preguntitas sobre Dios»; de Amalia Rodríguez aquellas canciones en portugués que le encantaban
En Barcelona cursó la especialidad de neuropsiquiatría infantil y allí compuso (año 1964) su primera canción en euskera, musicalizando el poema del mutuamente admirado, Gabriel Aresti, titulada «Apur dezagun katea», que fue un himno en su juventud y en la nuestra (Que los que gestionan el Palacio de Aiete en nombre de los Derechos Humanos y la Paz, se enteren que no sólo los Países Bálticos, también Euskadi, vivió la revolución de las canciones)
En 1964 regresó a San Sebastián y empezó a trabajar como neuropsiquiatra en el Hospital Provincial. De aquella época son cuatro canciones que hemos cantado cientos de veces ¿O han sido miles?: «Amonatxo», «Bereterretxen kanthoria», «Aurtxo txikia» y «Oi Pello Pello».
Mikel Laboa, en aquella época, también grabó un single en euskera dedicado a poemas de Bertolt Brecht, uno de los autores seguidos en el Ciclo de Literatura y Cine de Aiete
Mikel Laboa era un contumaz defensor de los derechos humanos y la solidaridad entre los pueblos. Cabe destacar, por ejemplo, su participación en el Festival de los Pueblos Ibéricos en favor de la amnistía, celebrado en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid, el 9 de mayo de 1976.
Mikel Laboa actuó por primera vez en público en un festival a favor de las personas minusválidas, que tuvo lugar en el teatro Gayarre, de Pamplona (1958). En aquella ocasión, interpretó canciones de tres de sus grandes ídolos: Brassens, Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui. Laboa se identificaría a sí mismo con el rol de «artista político» en la línea de los citados.
…Pasaron los años…Y Mikel ascendió a los cielos de los grandes creadores, de los seres humanos ejemplares…
Mikel, tras esta larga y apasionante vida creativa nos dejó el 1 de diciembre de 2008.
Aiete le debe un homenaje especial. Un grupo de amigo sigue recordándole en estas fechas. Son la semilla que germinará en algo grande
Mikel laboaren ondare bizia
Gracias y enhorabuena por el merecido homenaje escrito.
Siempre guardaré en mi memoria su sonrisa cuando le recibia con un:»Hombre!!!! Mister Maikel Leibou!!!!
Mikel beti gure boitzean!