A una solicitud formal, metida por registro municipal, tras hablar con los responsables técnicos del Palacio, se recibió una contestación telefónica verbal que decía ‘las salas del palacio sólo se ceden a actos que tengan relación con la paz’
Imagínense la humillación de los convocantes del ‘Aiete Kantuz’, que son los mismos que han hecho posible la construcción de la casa de cultura y el uso civil del palacio. Ahora se cumplen 10 años de aquella asamblea que pegó un puñetazo en la mesa, reivindicando ‘Una Casa de Cultura en el Palacio de Aiete’
¿Saben los gestores del palacio el significado que une música coral y paz?
¿Son conscientes de la importancia de la canción vasca en la lucha por la libertad?
Su respuesta hace pensar que no.
¿Por qué siempre ganan el Certamen Coral de Tolosa las agrupaciones bálticas? «La música coral forma parte de nuestro ser», contaba el director ganador de este año, Aivis Greters. ¿Les suena?
Vicente Sanchís, director de las Polifónica de Tomares y de la Coral Polifónica ‘Isla Cristina’ explicaba la razón de su interés por participar en el ‘Aiete Kantuz’: “la música coral vasca está firmemente enraizada en Euskadi. Venimos a aprender” afirmaba el sábado antes de su exhibición en Aiete
¿Saben estas personas del palacio de Aiete que la Revolución Cantada es un término para referirse a los sucesos ocurridos entre 1987 y 1991 que concluyeron con la reinstauración pacífica de la independencia de los estados bálticos: Estonia, Letonia y Lituania?
El término fue acuñado por el activista estonio Heinz Valk, quien lo utilizó en un artículo sobre las manifestaciones de junio de 1988 en el Auditorio de la Canción de Tallin (Lauluväljak), donde se cantaban canciones patrióticas estonias para reivindicar la independencia del país.
Un punto de inflexión en los movimientos populares fue la celebración del tradicional Festival de la Canción Estona (Laulupidu) de junio de 1988. Cerca de 100.000 personas cantaron himnos y canciones patrióticas, algunas de ellas prohibidas. En septiembre del mismo año, el Frente Popular organizó otro festival musical en Tallin (Eestimaa laul) al que asistieron cerca de 300.000 personas, lo que suponía una quinta parte de la población. La naturaleza artística de las marchas propició que Heinz Valk acuñara el término «Revolución Cantada» para referirse a la situación política del Báltico.
En los países bálticos, el canto coral es importante desde el punto de vista académico musical. Los directores son profesionales. Existe una estructura sólida y asentada en los conservatorios, donde a los niños se les enseña música coral al mismo nivel que la instrumental. Hay planes de formación, también tienen importancia las capillas corales, y existe una profesionalización estructural de la música coral, aunque las agrupaciones sean aficionadas. También influye el clima. La vida no puede darse en la calle y la gente tiene la costumbre de concentrarse en centros cívicos culturales, donde la música coral tiene mucha importancia.
Esta imagen se puede trasladar al Coro Easo o al Orfeon Donostiarra.
La imagen de la música coral se puede asociar a la paz y, en consecuencia, debería tener abiertas las puertas del Palacio de Aiete.