El pasado sábado 27 octubre, el Ochote Ozenki tomó el relevo de las Mujeres del Coro Easo. Fue en el auditorio Villa Araoz, sede del Coro Easo, y lo hizo en el marco del ‘Aiete Kantuz’-‘Aiete Ereikiz’, como remarcó Joseba Hurtado, su tenaz director, al presentar un concierto, que duró los 50 maravillosos minutos de ‘tiempo coral’ previstos
Los del Ozenki, empezaron interpretando tres de los más hermosos lieder que compuso Franz Schubert: ‘Die nacht’, ‘Liebe’ y ‘An den Frühling’ y se metieron al público, que llenaba la sala de conciertos, en el bolsillo. Los lieder de Schubert interpretados por Ochote Ozenki se prestan al sosiego, la placidez, el reposo. Esta entrada del concierto emocionó a la asistencia.
Siguieron otros tres temas gospel, ‘Deep river’, ‘Precious Lord’ y la muy célebre ‘Crying in the chapel’, y aquí el público se entregó, empezaron los primeros vítores y bravos.
El Ozenki es un coro con un uso excelente de la armonía. El góspel es un género musical que le va al Ochote Ozenki como anillo al dedo, por el carácter ligero de su melodía
El esperado remate fue un pequeño homenaje a Les Luthiers, con ‘Oi Gadoñaya’; las pícaras ‘Somos adolescentes’ o ‘la Educación sexual para jóvenes’; el ‘Boleró de Mastropiero’, ‘Añoralgias’...Más el colofón de ‘Perdónala’, que provocó la hilaridad, la alegría, la risa, la carcajada y el alboroto final de la asistencia.
Les Luthiers ha permitido al Ozenki bucear en otras facetas del mundo coral; con la sonoridad del grupo argentino, vemos a los miembros del Ochote jugar con los pequeños timbales, las guitarras, una especie de pequeña balalaica, chiflos, silbos…
Fue un sensacional concierto. Contrapunto del que vivimos el día anterior en Katxola. Y contrapeso de otros programas del propio Ochote Ozenki que, también con gozo, hemos escuchado en el barrio.
Como recordaba Joseba, en la antes citada presentación del Ochote, el Ozenki es un amigo para la gente de Aiete, ha estado varios años en el meollo del Festara! (en el Topaleku, en la puerta del palacio de Aiete, incluso en el teatro de Miramón, el día en que, por primera vez, se hizo una interpretación musical en su monumental artefacto)
En sus treinta y cinco años de trayectoria, el Ochote Ozenki ha compaginado la canción con el repertorio sinfónico coral, a escala estatal e internacional, se ha convertido en una de las más reputados Ochotes de nuestro país y en uno de los principales embajadores de Donostia, recorriendo Gipuzkoa, el País Vasco y diversos escenarios de España y de Francia.
Este sábado tuvimos la fortuna de tenerlos con nostros en Villa Araoz