2 comentarios en “Besarkada bat bihotzez – Urte berri on lagunak.”
Marisa
Parece que estos días todos nos deseamos lo mejor pero nunca lo cumplimos. Mi mayor deseo para 2019 es que nos dejemos de odiar, pues he visto señales de odio que me preocupan. Deseo que empecemos a tomarnos los nacionalismos con humor. Nosotras ya lo hicimos en ‘Vaya Semanita?; un programa así de televisión falta en español, que nunca lo hace o lo castiga. Reírse de sí mismos puede ayudar a relajarse y comprender que las ideas podrán ser distintas pero razonables. Que 2019 nos traiga tolerancia. Con que nos toleremos un poco más entre todos ya habremos conseguido mucho, pero nunca demasiado. Todos estamos en el mismo barco.
He leído que varios psicólogos han recomendado no hablar en las comidas familiares que tienen lugar en estas fechas ni de política, ni de religión, ni de fútbol. La pregunta es: ¿somos tan intransigentes que no podemos ni hablar de estos temas sin armar una bronca? La respuesta, por desgracia, es que sí. Aunque nos encante decir que hay que respetar todas las posturas, en el fondo somos unos intolerantes.
Y no tratemos de defendernos diciendo que una u otra postura es muy radical, porque se puede disentir mucho de una opinión, y aun así no criminalizar a quien la defiende. Una argumentación debería ser justo eso, un texto con argumentos que tiene la finalidad de convencer al interlocutor, y no un ataque indiscriminado a todas las opiniones de este, con la finalidad de desacreditarlo y humillarlo.
Parece que estos días todos nos deseamos lo mejor pero nunca lo cumplimos. Mi mayor deseo para 2019 es que nos dejemos de odiar, pues he visto señales de odio que me preocupan. Deseo que empecemos a tomarnos los nacionalismos con humor. Nosotras ya lo hicimos en ‘Vaya Semanita?; un programa así de televisión falta en español, que nunca lo hace o lo castiga. Reírse de sí mismos puede ayudar a relajarse y comprender que las ideas podrán ser distintas pero razonables. Que 2019 nos traiga tolerancia. Con que nos toleremos un poco más entre todos ya habremos conseguido mucho, pero nunca demasiado. Todos estamos en el mismo barco.
He leído que varios psicólogos han recomendado no hablar en las comidas familiares que tienen lugar en estas fechas ni de política, ni de religión, ni de fútbol. La pregunta es: ¿somos tan intransigentes que no podemos ni hablar de estos temas sin armar una bronca? La respuesta, por desgracia, es que sí. Aunque nos encante decir que hay que respetar todas las posturas, en el fondo somos unos intolerantes.
Y no tratemos de defendernos diciendo que una u otra postura es muy radical, porque se puede disentir mucho de una opinión, y aun así no criminalizar a quien la defiende. Una argumentación debería ser justo eso, un texto con argumentos que tiene la finalidad de convencer al interlocutor, y no un ataque indiscriminado a todas las opiniones de este, con la finalidad de desacreditarlo y humillarlo.