Se puede advertir una cierta ironía en la carta de Santi Bañales respecto al ascensor vertical que une el paseo de Pío Baroja con el de Aiete. El dice sentir envidia porque el ascensor de Egia es muy cutre, y añade que se lo han puesto así porque Egia es un barrio de tercera, dando por hecho que el de Aiete es de primera.
Mal asunto cuando se plantean rivalidades entre barrios y no de toda la gente de todos los barrios por los ‘derechos de ciudad’ en todos los barrios de la ciudad. Y Egia es una agrupación que desde siempre se ha caracterizado por la defensa de esos derechos, es un ejemplo para todos
La leyenda urbana de que Aiete es un barrio de ricos no tiene fundamento. Esa ha sido la excusa de las todas las corporaciones municipales para privar a Aiete de derechos básicos como el de poder ‘andar en bicicleta’ . Han sido largo años de lucha, pero ahora estamos a punto de tener un ascensor, sobre todo para subir y pronto un bidegorri para poder circular por el paseo de Aiete.
El ascensor de Aiete es, sobre todo, para las bicicletas. Y si el pequeño elevador vertical te ha gustado, pues de perlas, es bonito y funcional; parece que el funicular va ser también estéticamente muy agradable. Es un complejo artilugio para facilitar el uso de la bicicleta a todos los donostiarras, conseguido por la acción ciudadana de los de Aiete. Una solución compleja porque la solución vertical es complicada.
Ahora bien, aclarado este extremo, probablemente Santi Bañales entendería mejor la función de ese pequeño ascensor que envidia si lo viera comunicado con el bidegorri, tramo que falta y que añade perplejidad a que desde la autoridad municipal se razone que en el tramo de acera que une los dos ascensores, ha de haber una convivencia entre ciclista y peatón; en otras palabras, no piensan hacer nada
Esa postura es contraria a sus proclamas sobre que peatón y ciclista deben tener vías de desplazamiento diferenciadas para evitar conflictos.
¡Cuánta sinrazón asiste a la cerrazón política!