Un traspiés en el uso de la bicicleta en Aiete

Normalizar la vida en Aiete consiste en proporcionar al barrio los equipamientos colectivos para que la ciudadanía tenga los mismos derechos que el resto de la gente de Donostia.
Uno de los que se carece en Aiete es el ‘derecho a la movilidad sostenible’, el ‘derecho a montar en bici’. La pretexto de barrio alto, de barrio periférico , de barrio subido a una de las lomas de la ciudad, ya no sirve.
Primero, porque estamos en el siglo XXI; segundo, porque más de 16.000 personas habitan Aiete; tercero, porque dos artefactos de movilidad vertical, un ascensor y un funicular, comunican el paseo de Aiete con la boca del túnel de Morlans, y desde ese punto, en la cota cero, la personas que anda en bici se puede mover por toda la ciudad,
Esta idea nació de Lantxabe; fue dada por buena, pero metida en un cajón, en los tiempos de Odon Elorza; en la penúltima legislatura, otro gobierno, la ignoró -mil cartas, sin respuesta, escribimos a Jon Albizu-; el actual ha puesto en marcha los dos ascensores; pero mucho nos tememos que no han conseguido entender que la propuesta no es solo tener el ascensor vertical en un barrio de la periferia -y colocarse la medalla-, sino que su sustancia está en que la gente de Aiete pueda moverse en bicicleta y para ello es necesario que ya que no puede subir las cuestas a lomos de ella, lo haga en un elevador.
Las autoridades nombran dicho artilugio cono ascensor de Morlans; no acaban de preguntarse para qué quiere la gente de Morlans un ascensor en la boca del túnel ciclista ¿Para subir al paseo de Aiete? (Bien es cierto que el paseo comunica con una de las partes más bellas de la ciudad; si esa es la razón, perfecto). Pero es más lógico pensar en el chisme como ascensor de Aiete, porque sirve sobre todo, piénselo amables lectores, para que los que andan en bicicleta puedan subir con ella, sin tenerla que llevar a hombros como si fueran txirriudularis en ciclocros.
Llegados a este punto observamos con horror que, en el proyecto de bidegorri de Aiete, se han olvidado la conexión ciclista entre el ascensor vertical y el funicular a lo largo de Pio Baroja. El paseo de Aiete va a tener un bidegorri, que llega hasta el del paseo de Oriamendi, que terminaba, abruptamente, en la rotonda de Pagola; la ciudadanía de Donostia ha votado -aunque se pueda decir que la mayoría eran de Aiete- la prolongación del bidegorri desde el convento hasta La Cumbre (¿¡Por qué dejar a esta vecindad sin bidegorri!?); pero en el tramo citado entre los dos ascensores, el ciclista ha de ir por la acera de un vial peligroso, hasta las puertas del nuevo ambulatorio?
La burocracia nos está jugando una mala pasada.
Entre el ascensor vertical, que arranca a las puertas del convento, enfrente del ambulatorio, y llega a la salida del funicular en la rotonda de Lazcano, existe ese corto trayecto del paseo Pio Baroja sin carril-bici. Teniendo en cuenta que ambos ascensores se ponen en marcha para facilitar el uso de la bicicleta, es absurdo que en ese tramo no exista lo que ahora llaman en el ayuntamiento ‘Vía Ciclista’. Francisco Aedo escribió en un diario local sobre este olvido; pensábamos que todavía había tiempo de incorporar este vacío al proyecto de bidegorri de Aiete; pero no ha sido así, el proyecto original estaba maduro, la propuesta no prosperó en ese momento. Nuestra esperanza y nuestro empeño, es que esa idea tome cuerpo en forma de nuevo pequeño proyecto a la mayor brevedad.

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