‘Sagardozales’ mañana disfrutaremos de la ‘probaketa’ en el caserío Katxola, seréis testigos y protagonistas de una nueva etapa en el ciclo de la fabricación de la sidra, la de la degustación de la sidra artesanal, no sujeta a las leyes y a las componendas del mercado
Primero fue la recogida (con la ‘kizkia’), selección, limpieza y transporte de la manzana.
En octubre el triturado y prensado de la ‘patsa’, de dónde salió un mosto turbio, espeso, dulzón. ‘Fermentado’ en el caserío, en dos kupelas o ‘barrikas’ de aproximadamente 250 litros, una de roble y otra de castaño, tras una notable actividad en luna creciente, a los cuatro meses se propone el ‘txotx’ -comprobaremos como han andado los ‘taninos’ por el mosto durante la fermentación- y, con lo que quede mañana sábado de sidra, se hará el embotellado.
Las visitas podrán disfrutar también de la poderosa estructura de madera -incluida la ‘ganbara’– de un típico caserío guipuzcoano de finales del siglo XVIII
La sidra es una ancestral bebida en Gipuzkoa, un rito cultivado en todos los caseríos para consumo familiar. Las sidrerías dieron lugar a las primeras tabernas (En Aiete, Katxola, Erramunene, Munto, Santa Teresa…) Sidra de diversos aspectos, composición, usos (se hacía también ‘pitarra’ mezclando con agua que daba un licor de uno o dos grados, para apagar la sed en los días de calor)
La sidra era un componente fundamental en la vida de los habitantes del Beterri, romper una kupela significaba la pena capital.
En el caserío encontraréis una exposición de las manzanas con las que se ha elaborado la sidra y complementos festivos antiguos, toka de Munto y de Manuel Matxain, bolos (bolatoki), cabezudos, sokatira, toro de fuego