Las villas de la calle Mendialai están ocupando una importante parcela pública

El espacio público ocupado es valioso por su tamaño y por la necesidad de acera cuando se implante el bidegorri

El caótico desarrollo urbanístico de Aiete es una dificultad añadida al proyecto de bidegorri de Etxadi.

Varios edificios invaden la calzada del paseo de Aiete y, si ya es un fastidio caminar por algunos tramos de la acera, incluir ahora el trazado de un carril para bicicletas se hace complicado, pero a la vez necesario, no sólo porque amansará el tráfico, sino que hará más cómodo el desplazamiento peatonal por el conjunto del paseo

Los puntos negros para peatones y bidegorri, son, entre otros, estrechamiento de la acera en Matxainene, problemas a la altura de la parroquia o del museo arqueológico de Munto, estrechamiento desde las Monjas de la Caridad hasta la parcela de ‘radioaficionados’.

Otra cosa bien distinta es la invasión del espacio público por las villas que ocupan el espacio entre las calles ‘Mendialai’ y paseo de Aiete.

Año tras año, lustro tras lustro, a través del tiempo, han ido tomando la rambla que baja del paseo a sus parcelas, ensanchándolas, y apropiándose en cada obra, de medio en medio metro de suelo público, en cuesta, pero público, hasta los metro y medio actuales que calculan desde el departamento de urbanismo.

Estuvimos con los abogados de este ente municipal, pudimos ver en el google maps que ellos manejan, la perspectiva del lugar en los años 50, en aquella época existía un murete de separación. Se han comido el murete y ahora, mezclándose con unas tuyas muy crecidas pegadas a una red estilo gallinero, han vallado sus propiedades.

En las fotos podemos ver que aquellas villas próximas al Jolastoki  están más retrancadas, okupan menos espacio público, que las que van de la puerta principal del palacio hacia Etxadi. Aún así, todas han tomado algo de terreno que no les pertenece

Los abogados de urbanismo, nos remitieron al departamento de patrimonio municipal para hacer la denuncia documentada, pero allí no conseguimos ni la información requerida que consta en sus archivos, ni el apoyo necesario.

El ayuntamiento nos recomienda que hagamos la denuncia como ciudadanos porque para ellos la posibilidad de actuar de ‘oficio’ ha prescrito. (Es el mismo planteamiento que nos hicieron -se puede leer en esta página web- con respecto a la ocupación privativa, por parte de las Monjas de la Caridad, del camino público que une el paseo de Aiete, a partir del Bar Ayete, con el inicio de la calle Sanseserreka)

Estos disparates parecen propios de una sociedad gobernada por tiranos del pasado siglo, pero ocurre ahora, en el barrio de Aiete. Frente a estos atropellos la ciudadanía nos sentimos desprotegidos.

Y estos abusos son permitidos por el Mal Gobierno municipal -o hace la vista gorda, que para el caso es lo mismo- ; desde Lantxabe nos solemos preguntar, también, por el papel y la acción de aquellos ediles que no forman parte del gobierno.

La reflexión se amplía porque hemos sabido que algunos de estos ediles fueron gobierno, otros lo serán mañana, y la gente estuvo y seguirá estando con la misma indefensión, entre otras cosas, porque nuestros interlocutores en los diferentes departamentos, por debajo de los concejales, seguirán siendo los mismos.

El Mal Gobierno basa su refractaria actitud en que fueron elegidos por la ciudadanía, mientras que a Lantxabe, a las demás asociaciones, a las personas particulares que proponen o denuncian, no las ha elegido nadie.

Proclaman la supremacía de la democracia representativa por encima de la participativa, y lo malo es que mucha gente está de acuerdo con esta apergaminada consigna, con las consecuencias que todas y todos hemos de soportar.