Ayer, mientras el resto de la ciudad era un horno -esa sensación nos llega de alguna de las actividades del Olatu Talka- en la organizada en Miramón se disfrutaba de la frescura de su bosque, especialmente cuando la marcha recorría la orilla de las errekas, o profundizaba en los robledales.
Poseer, usar, disfrutar de la naturaleza fue un regalo para más del medio de centenar de personas, familias, parejas, cuadrillas, que en la mañana de ayer vinieron a recrearse con el canto de los pájaros, a disfrutar de un ambiente fresco y a la vez luminoso, a saborear una dulce mañana, a solazarse con las diversas plantas, árboles y tranquilos caminos que recorren el bosque
Guiaba con acierto, modestia y estudio, Juanpe Sansinenea.
Nos acompañaron durante todo el trayecto Marta Ibáñez, directora, y Eider Galán, técnica, de la Casa de Cultura, la gente de Katxola y otros amigos, expertos ‘mendigoizales’
La primera parada para ver las aves del Bosque fue el propio Katxola. Juanpe nos mostró dos nidos de gorrión (el gorrión pesa alrededor de 30 g y mide de 14 a 16 cm de longitud total. Es de conformación robusta y tiene las patas cortas; pico grueso, fuerte y cónico, de tipo granívoro). En uno de los dos nidos revoloteaba el astuto pajarillo.
Todo un significado de la fusión caserío-bosque
Hsd