Donald Trump humilla a Pedro Sánchez

Los 10 bordeamientos de Trump de menosprecio a Sánchez

Bordeamiento primero

Pedro eres un don nadie, mira mi dedo índice sigue mi dedo índice, obedece, así que siéntate y cállate. Pedro eres un hipócrita me pones a parir por todas partes pero cuando me ves venir corres como un perro faldero a saludarme y yo te doy una patada en el culo

Bordeamiento segundo

Pedro, tu país, España, no cuenta; te invitamos a esto del G20 porque a lo mejor te necesitamos más adelante, porque siempre queda bien poner un pobre en la mesa de los ricos

Bordeamiento tercero

Cada vez que alguien como yo te manda que te sientes y que te calles, ¿sabes lo que pasa?, pues lo que pasa es que tu gente, es decir los españoles, van a ser más pobres, van a tener peores trabajos, van a ganar menos dinero, van a tener peores coches, lo van a tener peor y tu país acabará siendo un país, no de segunda, que es lo que es ahora, sino de tercera, así que si te miro con mala cara, tu país se hace más pobre

Bordeamiento cuarto

Pedro soy Trump, paso de ti y tú te tienes que aguantar; te das cuenta de cómo es el mundo; me muero de risa contigo; yo sí que tengo poder, tú jamás en la vida podrás hacerme el desplante que te echo yo en Japón, eso es poder

Bordeamiento quinto

Pedro haz los deberes; portate como un hombre de Estado y no como un niñato si alguna vez quieres que te salude; has visto como sí saludo a Macron y a Theresa May y a la Merkel; sabes que pasa Pedro que están muy bien tus discursos políticos que lanzas en España, pero cuando vienes al G20 sólo eres un don nadie, es decir un producto interior bruto mediocre. Personajes como Vladimir Putin, que es tan pobre como tú, no te saludan porque al menos tienen petardos, espías, pepinos, bombas; tú ni eso

Bordeamiento sexto

Pedro soy Trump, Donald Trump, ¿sabes qué pasa? no soy tonto, si fuera tonto tan tonto como tú te crees, igual hasta te saludaba; ¡Hay Pedro! sabes cuál es la diferencia entre tu y yo, que yo mando y tú obedeces

Bordeamiento séptimo

Pedro me parto el culo de risa, les ha dicho a los medios de comunicación de tu país que todo ha sido una broma, que en realidad te he dicho que me gusta mucho España. Ten el valor de decir la verdad, que he pasado de ti simplemente; di que me pone cachondo humillarte; ver cómo te la envainas y ver cómo disimulas sonriendo; pero ¿de qué te ríes?

Bordeamiento octavo

Pedro en las fotos de grupo mira donde salgo yo y dónde sales tú; yo siempre en primera fila y en el centro; tú en segunda fila, allí en la esquina, tiene que ser muy triste venir hasta el Japón para que te humillen así.

Bordeamiento noveno

Pedro no me acuerdo ni de tu apellido, no sé ni cómo te llamas, ¿cómo es? Espera, ¿Rodríguez?, no; ¿Martínez?, tampoco; Pérez, García, López…

Bordeamiento décimo

¿Sabes que pasa Pedro? Si yo no digo tu nombre, tú no existes. Pedro, así que siéntate en tu sitio y contempla en silencio. Y ruega porque alguna vez, alguna remota vez, puede que me digne hablar contigo dos minutos, y lo más gracioso de todo es que ¿sabes quién va a salir beneficiado si hablo contigo dos minutos? Si hablo contigo dos minutos, quiénes ganan son los trabajadores españoles, porque si decido mirarte, si decido que tienes nombre y ocupas un lugar bajo el sol, entonces tu producto interior bruto crecerá, tu gente podrá cambiarse de coche, y tus empresas existirán y tu IBEX35 renacerá; es para morirse de risa Pedro, para morirse de risa

Transcripción de Manuel Vilas

Cadena Ser

10 comentarios en “Donald Trump humilla a Pedro Sánchez”

  1. Iñaki Alduntxi

    Fracaso negociador de Sánchez. La gobernanza europea en manos del neoliberalismo Alemán y Francés. Para la socialdemocracia, puestos de segundo orden.

  2. La UE en manos del PPE

    El sueño de lograr una alternancia al frente de la Comisión Europea después de 15 años de presidencia del PPE se disipó . Christine Lagarde, un perfil político marcado por la corrupción, al timón para las crisis financieras
    El parón llegó en un momento decisivo, cuando los Gobiernos de la UE avanzaban de manera aparentemente inexorable hacia una votación que, por primera vez en la historia comunitaria, hubiera elegido a un presidente de la Comisión con la cuarta parte de los países en contra (siete de 28).
    El candidato que provocaba tanta división era el socialista Frans Timmermans, vicepresidente en la Comisión actual y encargado de los expedientes contra Polonia y Hungría por presunta violación de los valores fundamentales de la UE.
    La candidatura de Timmermans contaba con el firme respaldo de Macron y Sánchez. Y con el concurso inestimable de la canciller alemana, Angela Merkel, partidaria de ceder la presidencia a un socialdemócrata
    Los primeros compases de la cumbre ya pusieron de manifiesto la existencia de un frente contra Timmermans formado por los Gobiernos del PPE, salvo Alemania, los del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa) e Italia.
    Durante las largas horas de pausa Merkel colaboró con Macron y Sánchez para construir una mayoría tripartita que diese el cargo a Timmermans. La canciller se fajó con fuerza dentro de su propia familia política.
    «Ya no quedan casi disidentes dentro del PPE, solo Irlanda y Letonia», apuntaba una fuente diplomática hacia las 2:30 de la mañana. Parecía omo en la película ‘doce hombres sin piedad’ que proyectó ayer TV2. Gobiernos conservadores como los de Bulgaria, Rumanía o Croacia habían ido alineándose con Merkel. «Timmermans se lleva la Comisión», corrió el mensaje de una delegación a otra con el sol ya en todo lo alto y los presidentes de Gobierno a punto de volver a la sala para un desayuno de trabajo a las ocho de la mañana.
    La sensación de victoria era tangible en las delegaciones partidarias del holandés. Y un escalofrío hizo temblar a los países de Europa central. El comisario pendiente de la independencia judicial y del respeto al Estado de derecho estaba a punto de hacerse con las riendas de la Comisión.
    El recuento de posiciones arrojaba un apretado 21-7, suficiente para aprobar la candidatura de Timmermans. Pero Merkel dudó ante las consecuencias de una votación tan reñida y las previsibles consecuencias a largo plazo tanto para la convivencia dentro de la UE como dentro de su partido, donde la cesión de la Comisión generaba serias resistencias. Hacía falta seguir negociando. Apurar al máximo para lograr una votación cercana a la que aprobó en 2014 el nombramiento de Jean-Claude Juncker, con 25 países a favor y Hungría y Reino Unido en contra.
    Las negociaciones continuaron a la búsqueda de un reequilibrio, tanto geográfico, para intentar contentar a los países del Este, como político, otorgando la presidencia del Consejo a los populares y el cargo de Alto Representante a los liberales. La última fórmula, todavía con Timmermans como presidente, fue planteada por el primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte.
    Pero los cambios introducidos a primera hora de la mañana del lunes empeoraron fatalmente el balance de votos. Tusk suspendió la sesión hasta el día siguiente. La pausa congelaba peligrosamente las posibilidades del socialista Timmermans. El parón acabaría resultándole fatal.
    La negociación se reanudó al día siguiente, a las 11 de la mañana del martes. Tercera jornada de una de las cumbres más largas de la historia de la UE, aunque no lograría batir el récord de Niza en 2001. Los líderes y sus equipos llegaron mucho más frescos. Y con un nuevo plan, tejido en la tarde del lunes por los populares y que pronto ganó la complicidad de los liberales de Macron.
    Sánchez abandonó a Timmermans y se refugió (desprendió) en Borrell -patada hacia arriba-
    La nueva fórmula giraba en torno a la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, compañera de partido de Merkel. Y se atribuye a Macron un claro entusiasmo con una propuesta que colocaba a Merkel ante la imposible tesitura de resistirse al nombramiento de una compatriota y compañera de partido, enterrar a los spitzenkandidaten, y neutralizar cualquier aspiración al Banco Central Europeo del alemán Jens Weidmann, un halcón monetario temido por Francia y coló a la francesa Christine Lagarde
    El puzle tomó forma casi definitiva en una reunión hacia las 11 de la mañana en el despacho de Tusk, con Merkel y Macron. Allí fue Pedro Sánchez a pedir el puesto de Borrell. Pero los socialdemócratas se negaron a dar el visto bueno a este acuerdo-basura y Merkel tuvo que abstenerse
    Pero el viraje de Macrón -el amigo de Rivera- volvió a dejar la presidencia de la Comisión en manos del PPE, una formación que ha vuelto a demostrar su formidable fortaleza en Bruselas.
    Paula Dominguez

  3. Sobre Pedro Sánchez se ha creado un halo de gran estratega por cómo se ha consolidado como líder político en su partido y presidente del Gobierno en España; por cómo ha sacado al PSOE del pozo en el que estaba. Hasta dicen ya algunos que tiene consigo la gracia de la ‘baraka’ que se le adjudicaba a Zapatero, cuando todo le salía bien. Pedro Sánchez ha vivido los peores momentos y, gracias a su intuición y a su tenacidad, los ha superado creciendo en cada momento.

    Si todo lo que ha ocurrido desde el 28 de abril pasado obedece, como parece, a un cálculo electoral para presentarse a unas nuevas elecciones en las que pueda barrer a Podemos, es probable que, de nuevo, acierte en el pronóstico. Pero lo habrá hecho a costa de dejar en barbecho un país entero durante un año. A veces, en política, el trilero y el estratega no se diferencian, pero se acaban descubriendo.

  4. La fundación sueca SIPRI publica cada año unos informes sobre la venta mundial de armas. En los mapas de venta de armas se ven multitud de flechas que van del oeste al este, y en el de las migraciones las flechas van en el sentido opuesto. ¡Qué casualidad! Creas un infierno -Siria- y pretendes que la gente siga viviendo en él. En cuanto a si Turquía entra o no en la UE, habrá que preguntar a los europeos si quieren tener como vecino a un Oriente Próximo al que sus gobiernos han estado vendiendo armas durante años, porque cuando vendes armas lo ideal es que el comprador esté muy lejos de tu casa.

  5. Ivan Redondo y el Maestro Ciruela

    Iván Redondo, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, responsable de sus estrategias de comunicación y, por lo tanto, de las políticas. Iván Redondo, es el verdadero presidente en funciones
    A los ojos de los vascos, Iván Redondo, ha conseguido que Pedro Sánchez sea como el ‘Maestro Ciruela’, que «no sabía leer pero ponía escuela’
    Desde el principio la estrategia de Iván Redondo es que Sánchez gobierne en solitario, con un gobierno monocolor, gracias a la abstención del Partido Popular o Ciudadanos, y en eso está.

    Todo lo que el PSOE ha hecho después de las elecciones lo ha hecho en esta clave: alcanzar la meta del gobierno monocolor o hacer que la investidura fracasara, culpar del fracaso a Podemos y volver a elecciones incrementando su consenso a costa de ellos. Las negociaciones quedaron atrapadas en esta estrategia de comunicación.

    Para los socialistas, la guerra del consenso contra los competidores de izquierda valía más que un gobierno. Sánchez, bajo la guía de Redondo, primero rechazó un gobierno de coalición, luego dijo que Iglesias no debía estar en el gobierno. Cuando Iglesias se retiró, presentó propuestas que anunciaban una presencia casi decorativa de Podemos, con pocos ministerios menores y sin capacidad de gasto. Propuestas hechas para ser rechazadas.

    Cada movimiento político de Iván Redondo-Sánchez ha sido un movimiento comunicativo, funcional para lograr el efecto retórico y discursivo que se había impuesto. En España, como en un número creciente de sistemas políticos, la dimensión comunicativa incorpora y engloba a la dimensión política.

    La ruptura entre el PSOE y Unidas Podemos se produjo ante la negativa socialista a otorgar a Unidas Podemos la dirección de este ministerio, motivada por el hecho de que «Podemos es inquietante para la Confederación Española de Organizaciones Empresariales».

    Una noble motivación que revela cuáles son las referencias sociales de los socialistas. Lo que aparece como una «ruptura por los sillones» es, sin embargo, una ruptura por los contenidos: Unidas Podemos quería que este ministerio aboliera la Reforma del Mercado Laboral del Partido Popular y elevara el salario mínimo a 1200 euros. Dos cosas en las que los socialistas, probablemente tras escuchar a la CEOE, no están de acuerdo. Se debe pensar sobre el cacareado final de la centralidad del trabajo en las dinámicas políticas contemporáneas: el nacimiento de un gobierno se ha visto obstaculizado para impedir que la izquierda lidere las políticas sobre este tema. Las élites siempre saben muy bien cuál es el punto.

    Toda la acción política de Iván Redondo-Pedro Sánchez se puede resumir en un intento por recuperar el control de la política española, cuando fue casi monopolizada por el PSOE y el PP. Acreditar a Podemos como fuerza de gobierno habría sido contraproducente desde este punto de vista.

    Además está Europa. Los socialistas han declarado repetidamente que el perfil programático de Unidas Podemos es inquietante (todavía) para las instituciones europeas.

  6. A Ivan Redondo y el PSOE les sale el tiro por la culata, las ocurrencias se vuelven contra ellos. Ahora es el secretario general del PP, Teodoro García, el campeón de tiro de huesos de aceitun, el que pide a Sanchez que se se retire, de la misma manera que Ivan Redondo puso aquella excusa contra Pablo Iglesias. Ahora es Sánchez el elemento de bloqueo.

  7. A mediados de junio, tuve una conversación informal con dos personas de la confianza de Pedro Sánchez. Acababan de celebrarse las elecciones europeas y estaban eufóricos. En un momento dado, les pregunté si ya tenían claro quiénes iban a ser los ministros, convencido de que habría gobierno de coalición con Unidas Podemos. Se miraron, sonrieron y me dijeron que por qué estaba tan seguro de que iba a haber gobierno. En un primer momento, pensé que me estaban vacilando, que estaban de cachondeo. Pero no, insistieron en la idea. ‘Volver a celebrar elecciones no tiene por qué ser malo.

  8. Y votaré contra los que quieren que sigamos votando hasta que salga lo que ellos quieren. Contra los que creen que vivimos en una sociedad teledirigida, sin pensamiento crítico, donde se puede moldear nuestro voto a su antojo a base de hacernos votar cuatro veces en cuatro años. Si algunos ya tienen en mente otras elecciones –no lo descarten–, que sepan que somos unos cuantos los que seguiremos votando para no darles la razón

  9. Me parece casi imposible, para una persona con ideas o conciencia de izquierda, igualitarias o progresistas, resistirse al llamado a la responsabilidad (ante el ascenso de Vox en las encuestas, etc.) y no votar. Por muy decepcionado y asqueado que esté con el partido progre y sus cambalaches…

  10. Francotiradores contra el Acuerdo
    Ya aparecieron los francotiradores contra el pacto de gobierno y legislatura. Viene de algunas vacas sagradas. El presidente castellano—manchego y don Felipe González sacan de los armarios espingardas y adargas. El primero lo hace con una profunda animadversión y desconfianza; el segundo, distorsionando la verdad hasta hacerla coincidir con la mentira: es la magia truculenta de la palabra.
    El castellano—manchego se pone trascendente y parafraseando a Pasionaria pontifica que «es preferible gobernar de pie a hacerlo de rodillas». La frase en primera derivada da por sentado que Sánchez gobernará de hinojos, esto es, bajo el dictado de Pablo Iglesias y de Esquerra Republicana de Catalunya. Cultura política de socarral. El caballero manchego desconfía del matiz que existe entre facilitar el gobierno y apoyarle o formar implícitamente parte de dicho gobierno. De manera que se opone con las aspas de su particular molino de viento a que ERC facilite la formación del gobierno. Con todo, el caballero manchego afirma, para que nadie se confunda, que «está de acuerdo con hablar con todo el mundo, también con ERC». Pero sólo hablar. Cultura política de mostrador de taberna. En política no se habla por hablar; para eso están las tertulias. En política se habla para convenir o disentir. Y con cierta frecuencia se habla para hacer filibusterismo.
    La magia verbal –y, a veces, conceptual– de don Felipe González viene de antañazo. Ladinamente utiliza su potente verbo para oblicuamente pegarle un cogotazo al que discrepa. No quiere arrastrar la impopularidad que representaría ponerse de frente contra el acuerdo de gobierno. Por lo que tira de mandanga: se ha preferido hablar de sillones antes de hacer el programa. El cardenal Mazarino cuidando los bonsáis.
    Decimos que es totalmente incierto lo que afirma González porque lo primero fue el Verbo, esto es, la Declaración de intenciones firmada por Sánchez e Iglesias. Que es probable que el de Sevilla no comparta. Pero, como diría Kipling, eso es ya otra historia.
    Sin duda, Felipe González saldrá en los libros de historia. Sus salidas de pata de banco sólo figurarán en breves notas a pie de página. Serán irrelevantes pero ahora –lo que se dice ahora mismo— tienen la intención de joder la marrana. Aunque, a decir verdad, cada vez menos.

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